La debilidad se internacionaliza
Lo que muchos llaman los "show" del gobierno, no son nuevos. Cada vez que hay una situación complicada o antes de una elección, el gobierno apela a la tesis de la conspiración para galvanizar sus apoyos y lograr una mayor cohesión entre sus partidarios y, por qué no, lanzar un anzuelo, para ver si alguien de la oposición "lo muerde". Sin embargo, con la denuncia de otro plan para un golpe de Estado hecha por Chávez y sus voceros la semana pasada -intento de golpe que merece el rechazo de toda la sociedad, si efectivamente es así- se observaron dos cosas, novedosas frente a denuncias similares en el pasado.
La primera, si bien los funcionarios del gobierno actuaron de manera más coordinada entre ellos y, al unísono, todos salieron a declarar por los medios acerca de la denuncia para tratar de crear un clima de emergencia, con voceros que tienen fama de ser "objetivos" como Vanessa Davies y Blanca Eckhout, a pesar de toda esta coordinación, nunca antes se vio a un gobierno con tan poco apoyo político. Si no es por el ruido que los denunciantes hicieron, tal vez nadie en el país se hubiera enterado que algo pasaba. Se hicieron actos de calle en Miraflores y en Fuerte Tiuna, pero con una asistencia muy inferior a las que el gobierno lograba en el pasado. El día 15 de septiembre, hubo otro acto de calle del PSUV en la Fiscalía, y la asistencia no fue relevante. Tanto, que a los oradores como Cabello o Bernal, sólo les quedó apelar a amanezas directas contra Globovisión y Ravell -lo que muestra que les hace peso que exista un canal no independiente, pero sí que revele los hechos que el gobierno no quiere que se sepan- y en contra de la oposición. Esto es nuevo: amenazas directas en un mitin político, frente a la Fiscalía, instancia que, en teoría, debe velar por la garantía de los derechos.
Fuera de Venezuela, la denuncia del magnicidio no concitó declaraciones de apoyo de ningún gobierno. En la reunión de Unasur, el discurso de Chávez acerca de la "conspiración del Imperio" -el cual, de acuerdo a Negri, y a Hardt no son los Estados Unidos; el imperio no es un país, sino un sistema- no tuvo acogida entre los presidentes que asistieron a la Cumbre. Ni una palabra. Los presidentes estuvieron más ocupados analizando el caso de Bolivia, que sí merece atención por las implicaciones que tiene no sólo para los bolivianos y para las bolivianas, sino para la región.
Lo más llamativo es el comportamiento de los militares venezolanos. Cautos. Prudentes. Sin caer en el juego de los políticos del PSUV. Hasta ahora, no han acusado o señalado a actores políticos ¿Por qué? Una primera razón, es que no quieren vincularse a acciones radicales que puedan estimular el seguro descontento que existe dentro de las FAN, porque a nivel público lo que se observa es una desconexión entre la cúpula militar -Chávez y sus generales, todos pasados de peso- y los profesionales militares. Acicatear la polarización dentro de las FAN, no es buena consejera, y hasta ahora los militares han actuado con prudencia, al no dejarse usar por los actores del gobierno en la tarea polarizadora.
La segunda razón es, también, importante. Los "platos rotos" del gobierno lo comienzan a pagar los militares. Hoy ser general puede ofrecer poder o dinero, pero no prestigio. El generalato poco a poco se empaña, y asume los costos de una política que no los beneficia. Ya hay varios generales señalados: no sólo los que se acusan de "golpistas", sino está el general del CAAEZ, Baduel también es acusado de corrupción, y ahora, dos generales, uno de la DIM y otro de la DISIP -junto a Rodríguez Chacín, también militar aunque no general o almirante- son acusados de colaborar con dinero, protección, armas, y documentos con las FARC por el Departamento del Tesoro de los EE.UU ¿Qué podrán pensar los generales y almirantes, cuando ven a sus compañeros involucrados en hechos de corrupción y de vínculos con grupos violentos? Estas acusaciones, junto a los cientos de generales que están en sus casas y otros que han sido pasados a retiro, golpea la reputación del generalato. Esta hoy está en crisis.
La combinación de poder, militares, dinero, y política, lo que ha traído son problemas a las FAN. Un cuerpo que hoy parece más preocupado por gritar "patria, socialismo, o muerte", que por sus deberes profesionales. Es posible que en la cúpula militar haya conciencia de este creciente y gran desprestigio, y marquen distancia con el gobierno.
Curiosamente, pese a la gravedad de las acusaciones del Gobierno de los EE.UU contra los generales que dirigen a la DISIP y a la DIM, la respuesta del gobierno ha sido cauta. Al Aissami, sólo se limitó a decir que los señalados son "hombres honorables", y Chávez, solamente atinó a expresar "que es una infamia". Palabras moderadas viniendo de personas que son los adalides de la lucha en contra de los Estados Unidos ¿Por qué tanta cautela? ¿A qué le temen? ¿Qué saben que nosotros no sepamos?
Lo novedoso, posiblemente por lo anterior, es que la debilidad interna que tiene hoy el gobierno, la busca convertir en un asunto internacional. En eso está Chávez y el gobierno.
Las relaciones con Rusia siempre han tenido preferencia por parte del gobierno venezolano, pero en el marco de la crisis con Georgia, el gobierno ruso y el venezolano, parece que decidieron estrechar la relación, y ambos buscan ganar en la tensión diplomática. Rusia, al mostrar que es capaz de estar en la región, cerca de los EE.UU, como potencia militar. Venezuela, al decirle a los EE.UU que si "toca" al gobierno de Chávez, "toca" también a Rusia. Es aumentar el costo de la acción política para los EE.UU en Venezuela, al tratar de "triangular" un conflicto doméstico -corrupción y pérdida de capacidad política- con una lucha internacional entre dos países, como son Rusia y EE.UU, en el plano de la hegemonía mundial.
Es probable que la estrategia del Gobierno de Venezuela sea promover un clima anti-EE.UU en la región, de manera de lograr que este país se aleje -Bolivia puede ser, de nuevo, el "estudio de caso", país al que el Gobierno de Venezuela ha convertido en su laboratorio para sus experimentos internacionales, así como Venezuela es el laboratorio para los experimentos internos, en la economía principalmente- del hemisferio Sur -algo difícil, no sólo por la geografía, sino por los intereses, y las contradcciones del gobierno venezolano, que después que dicen "yankis de mierda", señalan que esperan que se mantengan los "lazos comerciales"- y llenar ese vacío con la presencia de Rusia. Bolivia dice que puede "abrazar" a Rusia, lo que sugiere que Venezuela será el país puente entre Rusia y la región, no sólo para la venta de productos civiles, sino para la venta de armas, en un mercado que Rusia estima apetecible, dados sus planes de rearme y de aumento de su industria militar, la que duplicó sus ventas entre 2000 y 2007, al pasar de 3.500 millones de $ a 7.500 millones de dólares.
De manera que el gobierno de Chávez trata de internacionalizar sus debilidades internas, mediante ser el país puente de Rusia con la región, para fortalecerse internamente, y lograr una ruptura entre los países del hemisferio -Bolivia como punta para ese fin- hasta ahora, afortunadamente, atajado por los presidentes del hemisferio, que usaron la instancia de Unasur para resolver los problemas entre los Estados, y no esperaron a que la situación boliviana llegara a mayores. Chávez parece apostar a una crisis regional, para apuntalarse internamente, porque adentro, ya es poco lo que puede ofrecer, más allá de denuncias sobre magnicidios y conspiraciones.
No deja de ser irónico que un gobierno como el de Chávez, que tanto se llenó la boca con la "guerra asimétrica" y la "guerra de resistencia popular" -en el simulacro de invasión que hicieron el día 13-9-08 en el estado Bolívar, estalló una granada que hirió gravemente a militares, y un obús de 105mm se atascó, lo que sugiere lo patético de esta "guerra asimétrica"- apele a un país que representa un tipo de guerra convencional: Rusia, como lo demostró al invadir Georgia. Ya que las "chinas" y los machetes no parecen suficientes para apuntalar la megalomanía de Chávez, apela ahora a los Tupolev, para ver si lo pueden salvar de su propio desastre. Una ironía y una gran irresponsabilidad.

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