Cambio de táctica

En El Nacional del día 8-4-07, aparece una entrevista realizada por Mariela Hoyer al Ministro de Información, William Lara, en la que sugiere que el gobierno considera crear una fundación con participación privada, para administrar la concesión del canal 2. Dice Lara, "Estamos haciendo esfuerzos con distintos actores de la industria. Buscamos separar la administración de la señal de la generación de contenido. Ese es un sueño del periodismo mundial". No es la primera vez que el gobierno cambia la táctica en temas sensibles para la opinión pública, tanto nacional e internacional. Pero en el caso de RCTV, los cambios son visibles, y merecen análisis. Desde las palabras originales de Chávez el 28 de diciembre de 2006 -en su tradicional estilo de amenazar para obligar a negociar en los términos que quiere- hasta la entrevista a Lara, sobresale el cambio de un discurso de "lo toma o lo deja", a otro que busca comunicar que la no renovación de la concesión de RCTV es un acto "democrático" (?), porque va a abrir la posibilidad de ofrecer la TV que el país siempre ha soñado. La tan cacareada televisión de servicio público, deseada normativamente pero rechazada en el plano de la conducta cotidiana de los televidentes, que se orienta a programas -en la expresión de Theodor Adorno y Max Horkheimer- de la "industria cultural de masas". El cambio de táctica es evidente. El discurso se ha suavizado -más no el objetivo final- y los argumentos para justificar una decisión política -Lara no ofreció en la entrevista ningún argumento jurídico más allá de lugares comunes que, si se aplicaran, llevaría a no renovar la concesión a la mayoría de los canales de TV, comenzando por VTV- cambian a argumentos de interés general, sustentados en el ideal de TV de servicio público. Se trata de metamorfosear el informe Ratelve para, a partir de una propuesta innovadora como fue aquélla en los 70, justificar una oferta comunicacional de una sola vía. Tampoco, nada nuevo como recurso retórico del gobierno. El gobierno es muy hábil en el plano retórico. Emplea con destreza la ideología -en el sentido marxista- para ocultar sus verdaderos fines: invierte los significados para aparentar unos propósitos que no son. Confunde deliberadamente doctrina con ideología. Invierte las dos para crear una realidad desigual en términos de poder, pero que parece natural y hasta justificada por quienes la experimentan. Es lo que en psicología social se conoce como falsa conciencia: internalizar ideas de otros que me perjudican, sin darme cuenta de ello, y justificarlo porque "las cosas son así". La doctrina, en el caso de RCTV, habla de "democratizar a los medios de comunicación social". Ideológicamente, debe leerse esta expresión como, "un paso más en la concentración de poderes a favor de Chávez", que es lo que se oculta y se recubre con la doctrina. Naturalizar -lograr que una situación desigual se acepte como algo natural- la idea de la reelección indefinida o, como sugiere Manuel Caballero, "la presidencia vitalicia", va a ser la prueba más difícil para la destreza ideológica del gobierno. Como sugiere Jost (1995) en su Psicología de la falsa conciencia, "el opresor más eficiente es aquel que persuade a sus seguidores a que amen, deseen, y se identifiquen con su poder". Esta será la nueva batalla retórica del gobierno: lograr que la sociedad se identifique con el mando único, y se naturalice como la expresión más elevada de democracia. La "batalla por las mentes" en el tema de RCTV comenzó ayer con la entrevista a William Lara. Argumentos persuasivos al sentido común -por ejemplo, la necesidad de una televisión de servicio público- se usarán mucho. Esto abre dos consideraciones para el debate sobre RCTV y otros temas de peso para el país. El primer paso para salir de la falsa conciencia es hacer visible la conciencia. Es percibir la propia desventaja que parece natural. Por ejemplo, muchas personas que firmaron para solicitar el referendo en 2004 -un derecho constitucional- hoy sienten vergüenza por haber firmado, y algunas de manera automática, se auto-excluyen para solicitar empleo en organismos públicos porque, ciertamente, las listas funcionan, pero han internalizado una indefensión a partir de una culpa generada porque de un derecho -firmar para solicitar un revocatorio- la retórica oficial lo convirtió en un estigma. El comportamiento siguiente, es auto-excluirse de muchas actividades y esconder que firmaron o banalizarlo como manera de hacer manejable el estigma. Sólo unos pocos -hasta ahora- han tomado conciencia de esto y han demandado al Estado por violar sus derechos, en un ambiente poco proclive a hacerlo. Llama la atención la banalización del tema de las firmas en la sociedad venezolana, que contribuye a que una agresión institucional no sea vista como algo condenable sino normal, "porque antes también había listas". La primera consideración es acerca de los puntos de vista y la opinión pública. Un argumento de muchas personas es que sólo hay que hablar de los temas que aparecen en las encuestas, como la inseguridad y el empleo, y no tocar otros asuntos, "porque no interesan a la gente". Chávez es la mejor muestra de lo contrario. Si hubiese seguido ese criterio, el socialismo como sistema no tendría apoyo de más del 50% de los venezolanos y venezolanas. Cuando en el año 2005, Chávez plantea el tema del socialismo, la aceptación de esta idea estaba en el 20-22 por ciento, y quienes favorecían el capitalismo se ubicaban en el 28-30 por ciento. El gobierno no se arredró ante esta realidad, y comenzó a persuadir a favor del modelo socialista. El liderazgo a favor del capitalismo quedó en silencio. De nuevo, los complejos de clase -"eso no interesa en el barrio"- no los dejaron actuar, a pesar que las personas asocian capitalismo a bienestar, riqueza, y productividad, y no contra-argumentaron los mensajes a favor del socialismo. Pensaron que a la gente eso no le interesaba o no lo entenderían, "porque no sale en las encuestas". Dos años después, la aceptación del capitalismo se halla entre un 20-23 por ciento, y la del socialismo entre el 48-51 por ciento. Por supuesto, la gente percibe al socialismo de manera diferente al gobierno: solidaridad, cooperación, y oportunidades pero, al menos, el gobierno logró posicionar la "marca". La lección es que en política se requiere carácter. Betancourt y los Kennedy cada uno en su momento, expresaron que el requisito fundamental en la política es el carácter. Hay que tener personalidad. Esto se dice porque la lección es que el tema RCTV va a generar tópicos que, para muchos, "no van a interesar en el barrio", aunque tienen fuerza política si se construyen con buenos argumentos. La campaña política a favor de RCTV no se puede limitar solamente a mostrar los momentos cumbres del canal y la situación humana de sus integrantes -que es importante, y ya lo hace RCTV con una excelente sección "Momentos RCTV"- sino que hay que argumentar a favor de la pluralidad informativa, de lo que significa una concesión, de cómo la oferta informativa en el país poco a poco se va restringiendo -basta ver la programación de la TV y pareciera que se vive en el "mundo feliz" de Huxley- y que hay variables más allá de la TV para explicar la violencia. Si fuera sólo la TV la que influye en los comportamientos de violencia -una de las razones del gobierno para justificar no renovar la concesión a RCTV- ¿Por qué ahora hay más violencia, si en teoría la Ley Resorte tiene entre sus objetivos programas no violentos, y los medios cumplen la norma? Parece que hay una "tercera variable" que explica la relación, que se oculta deliberadamente. Es decir, argumentar para colocar los temas de fondo, principalmente el del pluralismo y la libertad de información ¿Que sin eso "se come"? No importa. Atreverse a desafiar los lugares comunes es una buena escuela para construirse como líder, al mismo tiempo que se cumple una labor pedagógica en la sociedad. Hoy la política en Venezuela tiene que ser pedagogía política. Un buen maestro, siempre es crítico. Ante cualquier hecho, siempre pregunta ¿Por qué? Ante lo de RCTV ¿Por qué? Es lo que haría un buen pedagogo político. De esta pregunta, saldrán contenidos para una mayor conciencia. Esto lleva a la segunda consideración. La calidad de los argumentos. El debate político en Venezuela no puede ser frontal, dado que el gobierno cambió su táctica y usa contenidos socialmente aceptados. Por ejemplo, se informa que el Fondem rendirá cuentas -nunca lo había hecho- y el asunto no puede plantearse sólo como "por qué no lo habían hecho antes", y quedarse en esta expresión que repiten todas las personas de la oposición, sino en desnudar al Fondem ¿Por qué se hace ahora? ¿Por qué la discrecionalidad del gasto público? ¿En dónde se han invertido los dineros? ¿Cuáles son las instituciones para el uso de este fondo? ¿Por qué el FEM ha quedado desdibujado con el Fondem? ¿Quién autoriza los gastos? ¿Cómo son los procedimientos para el uso de recursos? El gobierno seguro mostrará obras de infraestructura para justificar el Fondem, y no se puede ir en contra de esto, pero sí afirmar que con mayor transparencia y rendición de cuentas, se podría haber hecho más y que el diseño del fondo promueve la corrupción y la inflación ¿Y todo fue destinado a infraestructura? Igual pasa con PDVSA. Obtuvo US$ 7.5 MM en bonos pero ¿Es auditable? porque su endeudamiento alcanza cerca de US$ 12 MM, pero los precios del petróleo aumentaron ¿Igual pasó con la operatividad de la empresa? Estos son los temas que hay que desnudar. Algunos parecen muy complicados, pero todos apuntan a construir una retórica que comunique capacidad de ser alternativa al gobierno, que es esencial hoy. El asunto no es "patear calle" o ir a la TV -dilema sin sentido- sino si hay algo qué decir. Porque si no, no dirás nada en la TV y como "Don Lengua" de "Por estas calles", seguirás solo y "arrecho pateando calle", aunque sin la glosa crítica del personaje de Ibsen Martínez. La reforma a la Constitución será la mayor prueba retórica para aproximar si el gobierno será hegemónico o tendrá alternativa. Muchos de los temas que impulsa el gobierno tienen rechazo en la opinión pública. Por supuesto, se da por descontando que el gobierno va a persuadir para cambiar los números. Es aquí donde se abre una oportunidad para la oposición, porque el gobierno va a moderar su estrategias y en ese cambio, se puede contra-argumentar. Aunque no lo parezca, el gobierno le tiene pánico a la opinión internacional, y esto explica el giro en el caso de RCTV y el que hará con la reforma constitucional. De aquí su afán para intimidar "por debajo de cuerda", para que cambios a todas luces antidemocráticos -la presidencia vitalicia- no generen protestas, y afuera se diga que, "bueno, si nadie dijo nada, debe ser que a los venezolanos les gusta tener a la misma persona de presidente para toda la vida". Igual se va a hacer con RCTV. Que el 27 de mayo nadie diga nada, y se vea como un simple acto administrativo, lo que en realidad es un acto antidemocrático. Basta ver La Hojilla, cuya única obsesión parece ser deslegitimar a quienes rechazan la acción en contra de RCTV. A fuerza de repetir, consideran que cuestionarán a la fuente. Acción típica de la propaganda: la descalificación ad homine. Para la oposición esto supone el reto de dejar sus complejos de clase -reforzados en cuñas publicitarias tipo "vida y más na", que proyectan un discurso de "yo soy de abajo, pero estoy surgiendo"- y atreverse a tocar temas aunque no estén en las encuestas, para construirse como alternativa y ser una minoría innovadora y, en segundo lugar, supone estudiar de verdad, y dejar el cómodo mundo de las frases hechas y los lugares comunes como que todo lo que hace el gobierno, "es un pote de humo" o que el escape de Lapi, "fue promovido por el gobierno". Tan ineficaces como el lugar común empleado para negar la posibilidad de un revocatorio -cuando a todas luces era un hecho- que todos los dirigentes repetían sin cesar, "revolucionario no se cuenta", y llegó el revocatorio, y hubo que improvisar estrategias a última hora, mientras que Chávez hizo de su peor escenario su mejor escenario ¿Habrá en esta ocasión personas con madera de líder? RCTV será el primer examen. Un "fama, sudor, y lágrimas", pero más dramático porque involucra las libertades para todas y todos.

Comentarios

Anónimo dijo…
Excelente articulo. Muy bien desarrollado e inspirador ante la gravedad de los hechos que se nos plantean. Como dijo Max Weber, "...en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez". ¡felicitaciones!
Anónimo:
Hola. Gracias por tu comentario. Tu cita de Weber es pertinente al momento del país. Como sugirió el gran sociólogo, esa es la tarea de la política: intentarlo una y otra vez. Ojala tengamos la madera para hacerlo.
Gracias de nuevo por tu observación y a la orden,
Ricardo Sucre Heredia