¿No es tiempo ya?
El Nacional en su mancheta del día 18-9-09, se mofa acertadamente de los 6 “Vicepresidentes” que Chávez nombró para un nuevo Consejo de Ministros a dos escalones. Sin embargo, la decisión de Chávez tiene un piquete político.
En mi análisis, es el segundo paso dentro de la campaña electoral que ya arrancó el gobierno, y que parece pasar desapercibida para el país.
El primer paso, fue la promulgación de la LOE, como un momento para “activar” lo que será la organización electoral del gobierno.
Todos tendemos a repetir aquellas acciones o estrategias que, en el pasado, hicieron posible resultados positivos. Chávez ahora hace esto.
A mi modo de ver, repite lo que considera le funcionó en 2008 y en 2009. En la primera fecha, a pesar de haber perdido 6 plazas importantes, y en la segunda, al margen que la oposición haya aumentado su caudal de votos. Pero en los números gruesos, el gobierno siente que ganó, y que lo hizo con una mezcla de represión –es un recuerdo para la vergüenza nacional cuando Chávez llamó a Rosales “desgraciado” cada dos minutos durante una hora, en su discurso en Zulia el día 12-10-09, o el llamado a “usar gas del bueno”, que ordenó a sus esbirros aplicar a los estudiantes, durante la campaña por el referéndum de febrero de 2009- campaña electoral, uso abusivo de los recursos del Estado, y Chávez como jefe de campaña. Para algunos “analistas”, esta es una fórmula victoriosa, y el gobierno parece que la repite.
La fase represiva el gobierno la arrancó con la aprobación de la LOE. Esta circunstancia ha permitido el despliegue y “puesta a punto” de la maquinaria represiva del gobierno.
Un dato curioso, es que esta maquinaria funciona a la perfección, y Chávez se ha alejado un tanto de las “órdenes represivas” –como en el pasado- y ya el aparato funciona aceitadamente. Primero, el señalamiento. Lo pueden hacer desde Mario Silva, Carrizález, El Aissami, o cualquier diputado. Este es la etapa de “fijación del blanco” (targeting). Luego, entran en acción los medios de comunicación del gobierno que deshumanizan al blanco y construyen una retórica para la agresión futura. Después, entran los “órganos de justicia” –de acuerdo al nivel o tipo de caso- como la Fiscalía y el TSJ, que son los que “legalizan la represión”. Finalmente, los cuerpos de seguridad, sean “formales”, como el coronel Benavides de la GN al mando de una montonera; o “informales”, que son los grupos de matones que tiene el gobierno para agredir a las personas en la calle. Ahora, se incorporó un actor nuevo: las prisiones, nuevas, para los presos políticos: El Rodeo, Yare III, La Planta.
Por ejemplo, ahora, la operación de targeting se está haciendo con Pérez Vivas, de la manera más sistemáticamente siniestra posible.
En el post Una clandestinidad post-moderna se argumentaba que vivimos una dictadura del Siglo XXI, y se ofrecieron algunos elementos para distinguirla de las dictaduras del Siglo XX. En la represión, también hay diferencias, aunque el objetivo es el mismo: obligar al conformismo de la sociedad ante un sistema opresivo.
En las dictaduras del Siglo XX, la represión era, si se quiere, “deductiva”: de lo general a lo particular. Los tanques en la calle, los arrestos en masa, el Estado de excepción, los estadios llenos de presos, los fusilamientos masivos. Eso “bajaba” a la sociedad, y llegaba a todos los grupos. Se logra el conformismo. En este caso, eran las “estadísticas del terror”: cuántos detenidos o cuántos fusilados, o “desaparecidos”.
Ahora, la cosa es diferente. La represión es “inductiva”: de lo particular a lo general. Se identifican “blancos”, y se hace de ellos casos ejemplarizantes, que son vistos por el resto de la sociedad, y el miedo “sube” a lo macro. Aquí también se logra el conformismo. En este caso, es el “micro-terror”, y no es cantidad, sino calidad ¿A quién inhabilitamos, sacamos del juego, o buscamos para hacer un caso ejemplarizante? Faltaría espacio para colocar los casos: los trabajadores de la Alcaldía Mayor, Richard Blanco, Julio César Vivas, los comisarios y agentes de la PM, Nixon Moreno. Y los últimos que entraron el targeting: Oscar Pérez –en Perú- Huizi Clavier –también afuera- Rafael Poleo –no está en el país- y pareciera que no ocurre nada: no hay tanques en la calle –tal vez en el futuro sí, y para eso la compra de tanques rusos Chávez posiblemente quiera revivir a la Hungría de 1956 o la Checoslovaquia de 1968- ni estadios llenos de presos. Lo que hay es un micro-terror que agota y asfixia, pero que se expande rápidamente a los sectores de elite. Menos en la gente, porque las marchas del día 22 de agosto y del 5 de septiembre, revelaron que la gente mantiene sus banderas. Y ese es un dato importante, pero tampoco hay que subestimar los efectos de este “micro-terror” en que se fundamenta la represión de las dictaduras del Siglo XXI.
Este primer paso se cumplió. Con más o menos éxito, pero se cumplió, porque el gobierno lo ve como una manera de definir “issues del antagonismo” que permitan la movilización. Quiso hacerlo con la educación al tratar de polarizar entre una “educación del pueblo” y una “educación de los ricos”, pero no hubo éxito. Al menos, el ausentismo escolar el día 16-9-09 fue alto –más del 80% reporta la prensa- y eso es una respuesta no sólo al temblor y a la lluvia del sábado, sino a que la gente está agotada del conflicto, y no quiere que la manipulen en una disputa que ya saben que no les trae beneficios, sino problemas. Sin embargo, me parece que todavía el gobierno cree que con antagonizar temas, moviliza. Luce entonces, que todo esto puede tener un fin más interno: la realización de “maniobras” que ejerciten a la maquinaria interna del gobierno, para el evento electoral.
Lo segundo, fue lo anunciado ayer por Chávez. No sería descabellado decir que el gobierno siente el peso de la ineficacia y de la incompetencia, y cree que se va a solucionar con otra “reestructuración” y designando a 6 “Vicepresidentes”. Lo importante no es esto, sino lo que el gobierno percibe: que las cosas no están funcionando. Al mismo tiempo, Chávez anunció que “ordenó” agilizar la entrega de divisas, y la colocación de nueva deuda interna. Por supuesto, como reconoce Maza Zavala (Unión Radio, día 18-9-09), la economía criolla es “movediza, inestable y vulnerable como se ha calificado en diferentes épocas porque depende altamente cada vez más de los precios del petróleo”.
Pero lo relevante es que el gobierno siente la urgencia de actuar, de hacer algo. La cotidianidad se lo come, y es evidente que hay una evaluación negativa hacia el gobierno en diferentes áreas de gestión.
No soy del grupo pesimista que sostiene que no hay nada que hacer, o de lo que ahora uno escucha, “Chávez subió en las encuestas”. No estoy tan seguro de eso. Los números que conozco del IVAD (Seijas), más bien revelan una opinión pública crítica hacia el gobierno y hacia Chávez. No estoy tan seguro que la fórmula exitosa del pasado, le sirva a Chávez ahora. Aún en un escenario en que los precios del petróleo suban.
Hay, más bien, un desencanto que en algunas cosas es estructural, y que por más que el gobierno intente hacer, la resultante será la misma: más control e ineficiencia. El problema no es de gestión, sino de ideas y de personas. Lo que hace puede darle al gobierno algún repunte coyuntural, pero no pareciera que eso se traduzca en beneficios estructurales más adelante. La historia del 60-40 o del 63-37 es eso, historia.
Sin embargo, 10 años no pasan en vano. Aunque creo que el gobierno no ha tenido éxito en “quebrar” –Cabello dixit- a la oposición, no hay que subestimarlo por la capacidad de recursos que tiene, y su sofisticación en la represión. No tanto por su capacidad de políticas públicas que está anulada por una concepción vetusta de la sociedad, y que más bien, apunta a una “metástasis de la burocracia” que tendrá como efecto más ineficiencia. No se está ante un “círculo virtuoso” de los que habla Peter Senge, sino ante un “círculo vicioso”, del que el gobierno no puede y no quiere salir.
Pero –se insiste- en que no hay que subestimar su capacidad para crear escenarios que puedan poner obstáculos a la unidad. Es el punto que quiero destacar.
Ahora se habla del tema de las elecciones y el rol de la Mesa de la Unidad en el tema. Artículos interesantes se han planteado, como los del periodista de El Universal Eugenio Martínez –quien cubre la fuente electoral y de política- en sendos artículos del día 6 y 10 de septiembre, junto a otros planteamientos. No obstante, el planteamiento de Martínez es el que considero más elaborado y acertado, y el cual comparto: ya es tiempo de abordar el tema electoral.
Se entiende que exista cierta restricción para hablar del mismo en la Mesa de la Unidad porque toca aspectos sensibles, aparte que se puede considerar inoportuno, pero hay que tocarlo.
No se si fue Tony Blair u otro político de prestigio, quien una vez dijo que en “política un año es poco tiempo”. Y eso es lo que queda para las elecciones de la AN –y eso que están las municipales antes- porque cuando se acabe septiembre y comience octubre, en el “Venezuelan way of life”, significa que entramos en el “tobogán de fin de año”. Ya comienza la navidad –salvo que el gobierno decida amargarla- y llegaremos a 2010, en un ambiente electoral, y mi lectura es que el gobierno se dedicará a la campaña durante todo el año, y tratará de agotar a la unidad con medidas en contra de gobernadores y alcaldes, mientras trata de ver si puede levantar las glorias del pasado con la inyección de gasto público, la entrega de divisas para activar a sectores deprimidos, y a tratar de crear un cierto clima que impulse a los no alineados a votar por el PSUV. De nuevo, tengo mis dudas en que esto vaya a funcionar como en el pasado, pero no hay que descartar que pueda operar especialmente si la economía mundial muestra signos de recuperación, y eso significa que el petróleo subirá.
No pido que ya se tenga a los candidatos. Sería absurdo. Los agotaría antes de tiempo. Se perdería la novedad y la frescura de toda campaña, pero sí creo que hay que comunicarle al país que el tema electoral interesa, junto a los otros que viene abordando la Mesa de la Unidad. Y hay dos vías para comunicar ese mensaje: a.-Ofrecer algo como una “hoja de ruta” sobre los pasos que se van a seguir, y cómo se va a discutir la selección de los candidatos. Algo como una propuesta del método para discutir el método de selección. Estimo que esto es lo importante ahora.
No tiene sentido –como argumenta Martínez en sus dos artículos- trabarse en una discusión entre los “únicos” y los “alianzistas”....porque a lo mejor se escoge una u otra....pero ¿Y los candidatos? Tal vez se tenga la tarjeta única o la alianza perfecta....pero sin los candidatos o con más aspirantes que puestos a elegir. Sería la torta.
Creo que en esta etapa hay que analizar todas las opciones con base en sus méritos, sin descartar ni cerrarse en nada. Alianza perfecta, tarjeta única, primarias, encuestas, consensos, combinaciones de algún otro mecanismo, nuevos métodos. Sin prejuicios, y cada quien tiene su propia visión de las cosas. La mía, la sugerí en el post ¿Tarjeta única o unidad y liderazgo? Pero creo que todos debemos abrirnos a explorar los méritos de cada opción, para inferir cuál es la que tiene más chance de ser la ganadora. Tengo mi idea, pero no me cierro a otras. Y puedo dejar de creer en lo que creo, si los méritos me convencen.
Ahora me invade un pragmatismo porque me convenzo cada vez más que en Venezuela gobierna una dictadura y que, entre chiste y chiste, los espacios de libertad se reducen cada vez más. Se “naturaliza” –en los términos de Martín Baró- cada vez más la opresión y la desigualdad política y social. Las elecciones en Venezuela todavía no son formalidades. Todavía la gente lo cree así –soy uno de ellos- pero también estoy consciente que esto no siempre va a ser así. Nunca nada es imposible, pero me atrevería a decir que las elecciones de 2010 y la de 2012 son vitales para que el gobierno tenga contrapeso y ocurra un cambio de administración. Después, no es que sea imposible, sino que será más difícil.
Ante este escenario, como decía Benedetto Croce, “la honradez política es la eficacia política”, por lo que el pragmatismo entra ¿Con cuál fórmula la oposición gana? Pero antes de esto –y es la propuesta- hay que discutir la forma en que se va a debatir cuál es la fórmula para ganar, y cómo seleccionar a los candidatos. En fin, que hay que debatir sobre las reglas del juego, y no sobre el juego mismo.
Lo segundo, es asumir una urgencia de tiempo. No es desesperarse, pero sí comunicar que el tiempo es importante, y se reconoce su importancia. El tiempo no es igual para Chávez o el gobierno. No sólo como medida, sino como noción social.
La unidad no puede tener la tranquilidad con que el gobierno se toma las cosas. La urgencia de la sociedad democrática es mayor. Los jerarcas del gobierno resolvieron su problema de la existencia, y no les preocupa dejar desempleados a personas de la radio o a productores en Táchira. Eso no les importa. Sí les interesa que la gente crea que le interesan las cosas. Pero ese es un lujo que no puede darse la gente de la unidad. Si para el gobierno un minuto son 60 segundos, para la mesa, deben ser 30 segundos.
En síntesis, que las acciones de Chávez sugieren que adelanta poco a poco el marco general de su campaña electoral que ya arrancó, pero que le dará forma en 2010. Por una parte, aplica la represión para poner restricciones a la sociedad democrática. Por el otro, busca revivir un clima que le fue favorable en otros momentos, pero que ahora no parece que tenga el mismo efecto.
La unidad va a sacar sus votos en las elecciones que vengan. Eso no parece dudarlo nadie, salvo que haya una gran operación de fraude tipo Irán o un desconocimiento al resultado electoral tipo Pérez Jiménez 1952. Sin embargo, saber esto no es motivo de alegría. En cualquier escenario, el proceso electoral va a ser muy difícil y exigente, y el tiempo pasa. Es momento que la Mesa de la Unidad toque el tema electoral, y se sugieren dos vías: a.-Discutir sobre las reglas de lo que se va a discutir; y b.-Sentido del tiempo.
Ya no es sólo cómo escoger a los candidatos, que tienen que ser 167 de unidad para todo el país, sino que ahora se añaden nuevas cosas: el “empaque” de esa plataforma, la maquinaria electoral, la campaña, el día de las elecciones, qué hacer cuando lleguen los resultados. En fin, diversos temas que por su magnitud, uno pensaría que un año es poco tiempo para tratarlos con la densidad que merecen.
Tal vez ya se esté tocando el tema en la Mesa de la Unidad, pero en la información pública, lo que aparece es otra cosa: que no se toca a fondo, y que hay diferencias entre “los partidos” y Leopoldo López. Si es así y esto se mantiene hasta las elecciones, no hay mucho que decir: gana el gobierno. Y si tiene éxito en 2012, mi apuesta es que Chávez regresará con la reforma de 2007, ahora con propuestas más radicales. El sentido de lo importante es clave en estos momentos.
Claro que los venezolanos somos reyes de la improvisación y siempre las cosas salen. Y nos sentimos muy orgullosos de dejar todo para el final. Por eso nos confiamos.
Pero cuando está en juego la libertad.....no sé si la improvisación o esperar hasta el final para decidir, sea la mejor respuesta.

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