¿Cuál AN para 2015?




El día 3-11-14, el editorial de El Nacional estuvo dedicado a la elección de la próxima Asamblea Nacional.

Desde 2013 en los sitios políticos a los que iba, planteaba la necesidad de concentrarse en esta rama del poder público, y también he escrito en este Blog sobre la importancia de esa elección, pero el editorial me invitó a ver el tema desde un enfoque diferente. 

Me puso a reflexionar porque el texto hace un llamado a ver la AN desde una perspectiva concreta, en un qué hacer para tener éxito en la contienda del año próximo, y verla menos como una afirmación ideal, "La importancia de una AN que legisle" o "una AN plural es fundamental", heurísticas que se usan en cualquier conversación política en las que uno participa. Sabemos su importancia, pero en concreto ¿Qué se plantea para la próxima legislatura? Esto es más complejo. 

Al politólogo Guillermo Tell Aveledo le leí una expresión acertada para definir 2014: el año de las oportunidades perdidas. 

Lo cito, porque 2014 se nos fue en un desgaste político que impidió pensar más en detalle sobre cómo abordar una propuesta para la Asamblea Nacional. Se percibe que hay un retraso en este tema. Al menos en mi caso, y eso que la AN que se juramenta en 2016, es objeto de mi pensamiento desde 2013. 

Se me fue el año -y parte del año pasado, 2013- peleando con las personas que creen que la solución a los problemas de Venezuela es sacar al gobierno ya para dar paso a la famosa transición; a quienes la palabra esperar les produce molestia. Desde abril de 2013 a septiembre de 2014, fue una "oportunidad perdida" para ponerle pensamiento a la naturaleza de la AN que elegiremos en 2015.

El editorial de El Nacional me estimuló a aterrizar mi visión sobre el parlamento del año próximo.

Así lo veo. Trataré de ser concreto. 
 
Hay, de entrada, dos decisiones técnico-políticas a tomar. 

La primera, que es la técnica, vinculada a la campaña electoral:

¿Cómo motivar al público opositor, para que vote en la elección de 2015? Como argumenté en el texto El voto, sentimiento popular ¿Pero se percibe eficaz? opino habrá una alta participación para la elección de la AN en 2015, pero ¿Cuál es el motivador para el público opositor? ¿Qué lo moverá al final? 

En 2010 fue una AN de control y equilibrio ¿En 2015? ¿Una campaña a favor de algo o en contra de algo o alguien? ¿Una campaña para castigar a Maduro y a Cabello, como pasó con las midterms en los Estados Unidos con Obama y los demócratas? ¿Una campaña que sugiera que la AN es el catalizador del cambio, que vendrá por vía de una constituyente o de un revocatorio? ¿Mostrar las mismas caras como candidatos o caras nuevas? ¿Candidatos comprometidos con el trabajo en una futura AN o candidatos que ven en la AN un trampolín para otros cargos, como pasó con muchos parlamentarios elegidos en 2010? ¿Primarias, consenso, o una mezcla para seleccionar a los candidatos, en cuál proporción?

No tengo respuestas a estas preguntas -y son más- lo que tengo claro es que el motivador para 2015 es más complejo identificarlo y ponerlo en práctica que en 2010, tarea que tampoco fue fácil. 

No sé mucho de política o de campañas electorales, pero pienso que lo central en una campaña no es solo una estrategia, sino hacer una lectura de la atmósfera, del momento político en el cual esa campaña se va a desarrollar. Si esa lectura se hace bien, el 50% del camino está logrado.

En 2010 se hizo de forma adecuada. También en ese entonces, una corriente importante de opinión planteó que la atmósfera era el tema "del comunismo" -una constante en el discurso opositor, desde 1998, a mi modo de ver, con magros resultados- pero la MUD acordó la idea de una AN de control y equilibrio, que retrató mejor la atmósfera de los electores, y dio el 47,2% a la oferta de la Unidad, que no se tradujo de forma proporcional, sino con menos escaños por el gerrymandering en los circuitos electorales que hizo el CNE para favorecer un sistema de mayorías de agrado del PSUV. 

¿La atmósfera de 2015 cuál es: cambio, ruptura, innovación, esperar, estabilidad, la paz nacional? Identificarla es el primer -y fundamental paso- para definir una estrategia política y electoral. 

La segunda decisión es la más importante y es política. Hay que decidir entre ¿Una AN para lo que establece la constitución o una AN para el cambio de gobierno?

Considero que es una decisión mutuamente excluyente, y no hay espacios para un poco de una y un poco de la otra (como pareció fue la estrategia de cara a las municipales del 8-12-13).

Hoy la claridad en una estrategia se demanda. No solo porque vivimos en un contexto más agrio, sino porque el discurso opositor está lleno de mensajes contradictorios, producto de la pérdida de un centro coordinador para una estrategia unitaria, que fue lo que la salida de Aveledo el día 30-7-14 puso de relieve. Cada partido quiere "estar en lo suyo", y me temo que las encuestas recientes, ofrecen incentivos para seguir así y no a unir criterios en función del documento de la MUD de fecha 13-8-14, en la medida que se percibe que el gobierno está muy mal y eso puede significar su inminente caída. 

Estimo que el clima opositor -el que hace ruido- va a centrarse en una AN para el cambio de gobierno, y las famosas "matrices" para "manufacturar una opinión", apuntarán en esa dirección. Ya hay artículos en ese sentido, y a medida que se acerque la fecha de la elección o el momento en que la MUD tenga que decidir, ese clima de opinión será más fuerte.

Ya hay indicios de cielo encapotado anuncia tempestad. El Nacional en su edición del día 6-11-14, informó que en los comités de postulaciones (judicial y electoral), el PSUV toma decisiones sin considerar la opinión de la bancada de la Unidad.

A lo anterior, se suma un Diosdado Cabello muy desafiante, quien comunica que el gobierno tiene una percepción muy intensa de amenazas ¿Qué tal si ante la percepción que la AN puede perderse, el gobierno decide por un CNE 4 a 1 como es ahora, para desestimular el voto opositor? (aunque ahora, puede desestimular el voto oficialista, pero con menos fuerza, porque allí, el sector moderado de acuerdo a los Bloques políticos del IVAD, es apenas el 2,5% si se compara con el 31,4% de moderados de la oposición, que forman parte del Bloque no oficialista). 

Un escenario así va a ser difícil de digerir por la oposición, y seguramente muchos van a salir a cuestionar el colaboracionismo, a pesar que muchos de los críticos fueron elegidos o compitieron con las reglas del CNE de Tibisay, y no han renunciado a sus cargos para hacer valer la tan cacareada dignidad. Pero eso no importará, sino otra vez la disyuntiva ¿Para qué votar y cuál grupo capitaliza el malestar en la opinión?    

Cada quien hará su elección entre las dos alternativas para la AN. Como ciudadano, escojo la opción de una AN para lo que establece la constitución, y no para cambiar al gobierno. 

Esta decisión tiene como supuestos:

En primer lugar, que pronostico un escenario electoral competido, con tendencia a favorecer a la Unidad, pero competido, al que hay que agregar el factor diseño electoral, como han advertido periodistas de la fuente electoral que dominan el tema.

Hoy, en los estudios del IVAD, la intención de voto favorece ampliamente a la Unidad. 

Entre agosto y octubre de 2014, la Unidad ganó 4,10% en su intención de voto al pasar de 45,2% a 49,3% mientras que el gobierno perdió 0,20% al pasar de 27,6% al 27,4 por ciento. Los Ns/Nr bajaron 4% al moverse de 27,2% a 23,2% y todos se pasaron a la intención de voto de la oposición.

Como todo número inicial, tenderá al equilibrio a medida que se acerque la competencia electoral, pero una diferencia de 21,9% a favor de la Unidad no es despreciable. Tómese en cuenta, que en IVAD, pero para octubre de 2009 -cerca de un año antes de la elección de la AN de 2010- la diferencia era a favor del PSUV, pero fue de 7,6 por ciento (aunque en este estudio, se midió candidaturas independientes, cosa que no se hizo en los estudios de 2014 comentados), no un valor de dós dígitos como es hoy, y en contra del PSUV. 

Claro, si los electores hacen una suerte de impeachment electoral y la Unidad saca el 60% de los votos, este supuesto de un resultado competido perdería su vigencia ¿Es posible? Hoy, no lo veo posible. No lo veo porque molestia en encuestas no se traduce de forma automática a votos por la Unidad. El 65% desaprueba la gestión de Maduro como Presidente, pero el 49% expresó su intención de votar por la Unidad para las elecciones parlamentarias (IVAD, al 17-10-14)

Noto que algunos dirigentes de la oposición lo creen -y tienen base para ello ¿No es lo que pasó en EUA, y lo que pasa en España con Podemos?- y afirman algo como, mientras peor la evaluación, peor el castigo. Puede ser, pero no aportaría todo a eso. 

En segundo lugar, considero que la Unidad va a ser gobierno producto de una elección presidencial, por lo tanto, debe promover las condiciones para su gobernanza futura. 

Una importante es construir fortalezas propias que hoy no tiene ¿O piensa la Unidad que un gobierno suyo no va a tener desafíos y que la luna de miel será larga? ¿Cree que no tendrá protestas y colectivos? Tendrá retos, con una corta luna de miel ¿Está preparada la Unidad para hacer y adelantar un gobierno hoy? 

Aunque en el estudio IVAD al 17-10-14, reveló que para cerca de 2/3 de la población venezolana, la oposición puede formar equipos de gobierno -un buen dato- políticamente y como fortaleza institucional ¿Hay esa capacidad? No lo creo. Al menos, no en la cantidad para llevar un gobierno que será complicado.

Por ejemplo ¿Cuál será la política militar, más allá de invocar el 328 de la carta magna, sino la política y las políticas ya aterrizadas? ¿Se pasa a retiro al generalato y almirantazgo actual, se pasa a disponibilidad, se mantienen a algunos -¿quiénes?- se asciende a nuevas promociones por encima de otras, en cuanto a antigüedad se refiere, se usan los hombrillos legales que la LOFANB permite?

Por supuesto, el poder no se hace estas preguntas, y menos si aspira. La prudencia sí, y ésta -aunque devaluada hoy no solo en Venezuela- puede ayudar a que un gobierno sobreviva a un clima muy adverso, como será en el caso de un gobierno de la Unidad, sea de quien sea.

En síntesis, promuevo el cambio de gobierno, pero dentro de los lapsos constitucionales. Una AN debe promover este cambio, pero dentro del trabajo que ella tiene por mandato constitucional y por la confianza que la Unidad sea capaz de generar como alternativa política en el público. No es llegar a la AN y decir, "Se requiere un cambio urgente de gobierno". Más bien, hacer el trabajo de la AN desde la AN, con las dificultades que el país conoce.  

Valoro la paz, pero a diferencia de la paz del gobierno -la paz de lo uniforme- opto por la paz de la diversidad, de la pluralidad ¿Cuál de las dos quiere la población; no los notables o formadores de opinión, sino el ciudadano de a pie? Interrogante cuya respuesta será clave para definir una estrategia político y electoral para la AN.

Así las cosas, si selecciono una AN dentro de lo que establece la constitución, y no como catalizador para cambiar al gobierno ¿Cuál propuesta, entonces?

Voy a utilizar dos términos desarrollados por Diego Baustista Urbaneja en su libro La renta y el reclamo, que ayudan a plantear mi punto de vista en este tópico. La idea de Objetivo rector y la regla de decisión.

Objetivo rector: la gobernanza para que la política fluya, salga de la inercia, y la decisión final se coloque en una elección, cuando llegue el momento. Que el pueblo decida, al evaluar la confianza que el PSUV o la Unidad puedan generar.

¿Cómo?  Que la AN deje de ser un "organismo vivo" -lo que es hoy- y sea una "persona política" (con memoria, historia, identidad). Es decir, que cumpla su tarea, que sea un cuerpo político con vida, lo que supone debates, discusiones, leyes, participación, y control. También consistencia y estrategia de las bancadas que estarán allí.     

Regla de decisión: cambiar ambientes políticos, al apuntar a temas cuyo potencial de polarización política no sea alto, para tener puntos de apalancamiento y reducir el gridlock político que hay en Venezuela (aunque el gobierno imponga sus cosas, pero eso genera un resultado sub-óptimo, una guerra de trincheras).

¿Sobre cuáles leyes o normas haría propuestas al país?

1.-Reglamento interior y de debates 

2.-Ley de amnistía 

3.-Ley del Banco Central de Venezuela 

4.-Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno

5.-Ley de reforma de la Ley Orgánica de Descentralización

6.-Ley para sancionar los crímenes, desapariciones, torturas, y otras violaciones de los derechos humanos por razones políticas en el período 1958-1998

7.-Ley de hacienda pública estadal 

8.-Ley Resorte 

9.-Ley Orgánica de Procedimientos Electorales

10.-Ley contra la corrupción

¿Por qué estas normas? Pienso que son puntos de apalancamiento para que la política fluya en Venezuela. Por fluir entiendo el intercambio gobierno-oposición que supone tensión pero reconocimiento, y que tiene un desenlace dentro del marco de la constitución, con políticas que abordan asuntos importantes de la sociedad. Por ejemplo, que la lucha contra la inseguridad, por la defensa del precio petrolero, el aumento de la producción petrolera, o qué hacer con el precio de la gasolina, tengan acuerdos básicos, no exentos de tensiones, pero que signifiquen políticas públicas que se desarrollan y posean al menos apoyos básicos para sostenerse en el tiempo. 

Que la política no fluya, es el mal de Venezuela. Eso la desgasta y nos afecta a todos. Parte del caos cotidiano, es que no hay política sino acciones de desgaste mutuo o guerra de trincheras. No hay avance. En el mejor de los casos, estancamiento. En el peor -como ocurre- desgaste y deterioro. La paz de la inercia.  

La debilidad que veo a esta propuesta que acabo de hacer es que se perciba como ingenua o muy académica, alejada de la realidad o del burdel político por parte del público opositor, más urgido de propuestas que canalicen la mala situación por la que pasa (y también pasa el país).

Cuando se observa que Diosdado Cabello caza peleas con un señor que llaman el profeta o con el Justin Bieber de estos lados, Maluma, se concluye que para Cabello todo es polarizante. Todo lo asume como un desafío personal. Esa es la tónica de la AN hoy y seguramente en el futuro, si el gobierno logra ganar cómodamente o no.

Alguien, entonces, puede contra-argumentar mi posición ¿Tiene sentido hablar de propuestas normativas en un contexto así, si serán negadas de entrada? 

Puede ser, pero ¿Y el público que observa, o todo se agota en la elección de 2015? ¿No hay ambición de ser alternativa al gobierno más allá de una elección? Mientras haya elecciones, hay que confiar en la capacidad del elector -que no se equivoca a mi modo de ver- y darle razones para sufragar por la Unidad. 

En cualquier caso, el gran desafío para la oposición es reconstruir el sentido de la eficacia política, porque la AN no tiene ninguno. No es casual que sea uno de los poderes peor evaluados en los estudios de opinión (el último, el presentado por la UCAB). Ese es el reto (también para el chavismo, si le interesa su público). El estudio de la UCAB acerca del voto muestra señales de esta pérdida de eficacia del voto: cerca de 4 de cada 10, opinaron que no vale la pena votar. 

Puede ser una propuesta ingenua, pero frente a un juego trancado ¿Cualquier propuesta no es ingenua, incluyendo las más extremas tipo La Salida? Tal vez la duda a despejar sea cómo destrancar el juego, y no tanto que es ingenuo o que es real politik, escuela que gana adeptos en la política criolla, ante la frustración que produce ser moderado. 

Aquí se presenta una vía para acercarse a un destranque, con más interrogantes que certezas. 

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