"Es la Asamblea Nacional, estúpidos"


Al menos así es para el gobierno, al parafrasear la famosa frase de la primera campaña de Clinton en 1992, "Es la economía, estúpido".

Diría que la noticia política de la semana que cerró el domingo 14-9-14 es esa: el gobierno de Maduro arrancó la campaña para la elección de la Asamblea Nacional en 2015.

Lanzó propuestas que seguramente van a motivar a sectores del gobierno: que el 50% de los candidatos del PSUV sean menores de 30 años y la paridad 50% hombres-50% mujeres en las nominaciones. Van a motivar, porque el tema del cambio, la renovación, es parte del contenido de los mensajes del PSUV, sean del partido o de los críticos. 

Seis declaraciones que pueden agruparse en dos categorías, nos indican la idea de estrategia que maneja el gobierno. Al menos hoy.

La primera categoría corresponde al contenido si se quiere "tradicional" del gobierno en las campañas electorales: la oposición es caos y el gobierno es garantía de paz y estabilidad. El 8-9-14 Maduro abordó este contenido al afirmar la necesidad de una "gran victoria" del PSUV en 2015 para "garantizar la paz y la estabilidad".

Acompaña este contenido otro tampoco no tan nuevo: Cabello informó acerca la designación de enlaces para comunicarse con los partidos del "Gran Polo Patriótico". 

No es la primera vez que se hace, pero la relación del gobierno con sus aliados nunca ha sido buena. Pienso que es porque los objetivos de los dos son distintos en lo fundamental.

Los partidos del "polo" quieren co-gobernar y por eso hablan de una "dirección colectiva". El PSUV -con Chávez y ahora con Maduro- no quiere una "dirección colectiva" sino un gobierno conducido por el Presidente, de forma personal. 

De aquí que la relación sea tensa, con acercamientos y alejamientos, pero no rupturas como las ocurridas durante 2007, cuando el referéndum para cambiar la constitución. 

La segunda categoría es una vía relativamente nueva. No quiere decir que los mensajes sobre la estabilidad no sean útiles -al gobierno le ha ido muy bien con este contenido, ante una oposición que no termina de construirse como alternativa que genere confianza, en ninguna de sus versiones "salidistas" y "crecer"- pero ya son una constante en los mensajes electorales del gobierno. 

La nueva vía que explora Maduro -si resulta- puede darle rédito no solo electoral sino político. Consiste en tocar no la superficie de las emociones, sino lo que está detrás de ellas. 

El tema de la captahuella para controlar la compra de alimentos es un ejemplo. Los primeros mensajes del gobierno apuntaron a destacar su obligatoriedad para atacar al contrabando. Ante la justificada reacción en contra de la oposición y de buena parte de la sociedad porque se trata de un racionamiento electrónico, este contenido comenzó a cambiar. 

Luego de un silencio, el contenido que emerge es que la captahuella trae orden, estado que es demandado por la sociedad, dada la incertidumbre y poco control que tenemos de nuestra vida cotidiana, por la inseguridad, la inflación, la escasez. Sabemos que vamos a ir al mercado. No sabemos si hallaremos lo que necesitamos (ya tenemos desesperanza, y asumimos que no, que no habrá, "pero hay que ir para ver"). 

Pero, poco a poco, emergen los contenidos vinculados al "laboratorio para el captahuella" que es el estado Zulia, en donde ya se usa la tarjeta de racionamiento electrónico.

De los distintos reportajes que he leído en la prensa sobre la cotidianidad del captahuella en Zulia, lo que me queda es que si bien la gente prefiere que no se aplique, ante la realidad del "Estado de naturaleza" en que se ha convertido hacer un mercado -en casa, yo lo hago, y días antes noto que me transformo, voy predispuesto de forma agresiva- no solo por los precios, la escasez, sino las colas y a veces, las peleas que se arman para agarrar algún producto o cuando se va a pagar, por el bululú y los coleados. 

Tal vez muchos compradores estén dispuestos a sacrificar parte de su "libertad de compra" para tener un "orden político" en el mercado, que tenga estabilidad y predictibilidad, en la escasez, pero estable; y no el azar que hay cuando se va a comprar algo. Quienes no estamos dispuestos a ceder parte de esa libertad -como es mi caso- pagamos un precio alto: no ir al mercado, y quedarnos con la incertidumbre ¿Habría o no habría, perdí la oportunidad o no? o caminar mucho para explorar lugares y, de a poquito, conseguir lo que se busca. Se hace menos cola, pero se invierte más tiempo y dinero. 

En épocas de inflación y escasez, no hay solución win-win posible.  

La tarjeta de racionamiento electrónico viene a ser una suerte de "Leviatán electrónico" para que exista cierta tranquilidad cuando se compra, que es lo que reportan los usuarios zulianos.

En el fondo, el mensaje del gobierno es la estabilidad en la escasez, pero estabilidad al fin. Mientras la oposición sigue en la lógica discursiva AD-Copei -voy a decir lo malo que está todo y apostar al colapso del gobierno, porque así, de forma automática, van a votar por mi en la próxima elección- el gobierno trata de hallar un "óptimo" -si es posible- y ensaya con contenidos, estrategias, y mensajes que enfatizan que si bien "hay problemas, somos garantía de orden" ¿Funcionará como en otras ocasiones? Sí, pero con menos fuerza que antes. 

Donde Maduro trata de ganar espacio es con un asunto con el que arrancó su gobierno, pero luego perdió fuerza: la lucha contra la corrupción ¿Recuerdan los primeros casos de Fonden, Cadivi, Consuelo Cerrada, entre otros, que fueron bandera inicial del gobierno? De esos casos, poco se sabe su situación actual. 

La lucha contra la corrupción regresó. Una manera en que lo hizo son las acciones contra el contrabando, en donde el gobierno muestra cifras de magnitudes importantes en alimentos y combustibles, que puede tener el efecto para muchos, que estas acciones tienen algún sentido y, en el fondo, apuntan a comunicar estabilidad, en esta ocasión, "de la mano dura", también demandada por la sociedad (también es un mensaje a los grupos críticos del gobierno, los que cuestionan la tibieza del gobierno de Maduro).

Maduro lanzó dos apuestas que veremos si llegan a algo. Una gran debilidad de Maduro son sus excesivos anuncios, como quien tiene que informarlo todo para ver cuál es la reacción, pero muchas veces se quedan en nada. Así fue con la "reorganización de los ministerios" que quedó en una cadena para anunciar el "sacudón", el cual no llenó las expectativas.

Tantos anuncios del tipo, "Pasó x cosa, tengo pruebas, y las voy a presentar al país", le resta bastante credibilidad a Maduro. Todavía estamos esperando las "pruebas" de la persona de la MUD que había planeado asesinar a Leopoldo López, y por eso la diligencia del gobierno para su captura. 

Las apuestas lanzadas son la intervención de la Dirección de Mercado de PDVSA -que ocurra a pocos días de la salida de Rafael Ramírez del ministerio del petróleo, se presta a suspicacias- por "conductas distorsionantes" en la distribución de productos, y una afirmación hecha el 12-9-14, en la que Maduro comentó que "revelará resultados dolorosos" en casos de corrupción, de "personas en las que uno creyó".....bueno, veremos. Lo cierto es que a Maduro le gusta jugar con las expectativas, aunque la eficacia de esto cada día es menor, lo que contribuye -como se dijo- a que pierda credibilidad. 

¿Lo anterior dará los resultados que el gobierno espera, para crear su momentum de cara a 2015? (recuperarse en los estudios de opinión para ir con ventaja a esta elección). La respuesta es para otra entrada, pero lo cierto es que desde el punto de vista de los bloques políticos (cómo las personas se distribuyen en función de su identidad política: oficialista, oposición, independiente) del IVAD, el gobierno no está en su mejor momento, y el viento puede favorecer a la Unidad. No es la primera vez que esto pasa, pero sí que la diferencia entre uno y otro bloque sea importante, al menos desde que el IVAD hace este cálculo, me atrevería a decir. 

En los Bloques políticos situacionales -cómo los independientes se distribuyen en las identidades políticas en un momento determinado- el 30-3-14 el Bloque oficialista era de 36,2 por ciento. El 25-8-14, bajó a 32,5 por ciento.

El Bloque no oficialista registró el 30-3-14 48% y el 25-8-14 subió a 49,8 por ciento.

Si se redondea, 50% a 33 por ciento, lo que es una buena condición que tiene la Unidad para crecer. Y todavía queda un 17,7% de "No identificados" que pueden abordarse, conquistarse. 

Es un condicional la afirmación anterior, porque va a depender del trabajo político de la Unidad, que no es objeto de análisis de esta entrada. Solo comento que percibo a la oposición -como se dijo arriba- anclada en la lógica AD-Copei, que consiste en decir todo lo malo y que por eso, automáticamente, se vota por la oposición y ésta ganará. De manera que el discurso opositor hoy es una competencia por quién dice con más ruido las dificultades y carencias, y no se "deja carajear" por "Nicolás". Todo el mundo está compitiendo en este "Idol político" con miras a posicionarse para 2015 (aunque lo nieguen). 

No estoy tan seguro que la Venezuela de 2014 sea igual a la Venezuela de AD-Copei, y que el "péndulo del discurso del desastre" funcione como en el pasado. Creo que no va a funcionar. 

El tema de la tarjeta de racionamiento electrónico y la venta de Citgo son buenos "laboratorios discursivos" para evaluar cuál grupo -gobierno u oposición- logra persuadir al público. Hasta ahora, no tenemos números que nos permitan decir cuál persuade más, salvo guarismos muy generales. 

A mi modo de ver, estos dos casos son verdaderas pruebas para la oposición. Si logra triunfar desde el punto de vista de los argumentos y la persuasión, el potencial que tienen los Bloques políticos lo favorecerá para 2015 o para después.

"Es la Asamblea Nacional, estúpidos", dijo esta semana el gobierno para comenzar la campaña para la elección parlamentaria de 2015 ¿Y las fuerzas de la Unidad? Mejor lo dejamos para otra entrada.....

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