¿Por qué no ocurre un alzamiento militar contra Maduro?



¿Por qué no ocurre un alzamiento militar contra Maduro? Intentos hay, pero ninguno se ha concretado. Todos han sido desactivados antes de realizarse. Por los gestos recientes del gobierno –el más relevante, el importante aumento salarial para todo el personal del sector defensa, civil y militar, que contrasta con los ingresos rezagados de otros sectores que hoy protestan como los universitarios y enfermeras- se toma en serio que hay molestia en el personal militar. Pero el gobierno de Maduro convive con esta molestia desde 2013. Ese año anunció la expulsión del agregado militar de los EUA al acusarlo de participar en una conspiración; hasta 2018, cuando fueron detenidos varios oficiales señalados de querer hacer acciones armadas contra Maduro y figuras del gobierno, que en parte detalló una nota de la agencia Bloomberg. Es decir, los años de gobierno de Maduro han transcurrido con intentos de acciones de fuerza por parte de grupos dentro de las FAN. Hasta ahora, no han tenido éxito.  

A pesar que las conspiraciones contra Maduro revelan que con el tiempo son de mayor envergadura, no estoy en el grupo que opina que una acción militar con posibilidades de éxito está cerca. Al contrario, considero que la relación de Maduro con las FAN es buena, y aunque Maduro alerta acerca de los “falsos positivos” que buscan alborotar a los militares, lo veo en control del mundo verde. No obstante, la molestia militar es real por lo que hay que responder a la pregunta ¿Qué ocurre dentro de las FAN? y por qué con Maduro, una acción militar no ha cuajado en los hechos, como pasó con Chávez –el 11 de abril de 2002- o con CAP, el 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992. A pesar de sus alertas, Maduro y el Alto Mando lucen tranquilos ¿Por qué?

Los militares que han conspirado contra el gobierno es por una razón de Perogrullo: no les gusta; porque les parece malo, “comunista”, dictatorial, o todas juntas. Pero falta lo importante para que una conspiración sea exitosa. No es simplemente que un gobierno “no gusta”, sino cuál visión política o de poder encierra la conspiración, cómo trascender el golpe en sí, los apoyos sociales, y cómo actuar el “día después”. Así de simple. Hasta ahora, las conspiraciones parecen que son de grupos muy focalizados, incapaces de interactuar más allá de facciones, salvo la conspiración de mayo de 2018, que contó con personas de las 4 fuerzas, pero con objetivos muy de un putsch clásico: atrapar a Maduro para enjuiciarlo. Es un descontento anti-político las de estas conspiraciones porque, salvo muy contadas excepciones, no reivindica la política -¿una acción de fuerza pudiera hacerlo? Es otra discusión- y menos a los políticos, no digamos del gobierno, tampoco quieren nada con los de la oposición. Son conspiraciones que nacen débiles, huérfanas de doctrina (si es que una acción de fuerza puede tener una, que para los realistas de la política sí). Aunque el ejemplo no es de un militar, ilustra la idea: antes de ser asesinado, Oscar Pérez negociaba con un funcionario, y cuestionaba tanto a los políticos del gobierno como a los de la oposición. El discurso de los insurgentes es uno anti todo, con poco contenido político. Es un discurso de desagravios, de vengarse, de castigar, de retaliar por un daño que se percibe el gobierno hace, pero no comunica una propuesta, ni siquiera lo esperado de un golpe militar: que pondrá orden, que evitará la “desintegración del Estado” o que el “cáncer del comunismo destruya el cuerpo social”.

Siete motivos explican por qué no se concreta una acción militar exitosa contra Maduro:

El primer motivo es que existe una estructura militar que le da autonomía a las FAN. No es que las FAN sean autónomas del gobierno, sino que pueden desarrollar sus planes y programas con libertad, pero subordinadas a Miraflores. Se nota que Maduro últimamente no es tan constante con los acercamientos a las FAN como cuando se inició como Presidente en 2013 –que no indica que su relación con los militares sea mala- y quiere retomarlos, pero las FAN han desarrollado su proyecto con la aprobación de Maduro, pero sin la supervisión directa que tenían con Chávez. Con Maduro, los militares sienten que tienen un radio de acción más amplio y pueden decidir en temas que consideran propios. Por ejemplo, Maduro comentó que aprueba los ascensos de capitán para arriba. Chávez aprobaba los ascensos en todos los grados.  En otras palabras, hay una estructura militar con vida propia. Esta estructura privilegia el control subjetivo -la ideología- de los militares. Esto también cuenta. Militares creen en el proyecto socialista, y tienen un sentido de misión, con su doctrina.

El segundo, la continuidad en el Ministerio de la Defensa. Esto es importante. La primera ministra de Defensa de Maduro fue la almirante Carmen Meléndez Rivas, pero a partir de 2014, lo ejerce el general Vladimir Padrino López, quien va a cumplir 5 años como Ministro de la Defensa. Tener una estructura militar lograda por las FAN, se debe a que hay continuidad en el Ministerio de la Defensa. No recuerdo que con Chávez un ministro de la Defensa haya permanecido tanto tiempo. Con AD-Copei, al principio del modelo democrático posiblemente hasta Caldera I. Una continuidad en el Ministerio de la Defensa, coadyuva a que las políticas militares puedan madurar, y ser menos reactivas a la opinión pública. También conocer a buena parte del personal militar, y a construir hacia ellos, la auctoritas para el ejercicio del comando. Durante AD-Copei la rotación del alto mando era alta. Algunos se referían a ella como “El carrousel militar”, e indicaron que fue una causa del alejamiento del mundo militar del político.

El tercero, es el progresivo desarrollo de una política social que va más allá del IPSFA, con un importante componente salarial muy por encima de otros profesionales civiles también importantes como profesores, personal de salud, entre otros. La lógica es similar a los programas civiles: el subsidio directo que canaliza la Misión Negro Primero.

El cuarto motivo es lo que puede llamarse la lógica de la “salida, voz, y lealtad”, aunque en las FAN es sólo “salida”. Por “salida” se entiende que el gobierno deja que pasen cosas que son perversiones, pero que en el fondo son válvulas de escape y estabilizan el conflicto político. Por ejemplo, el bachaqueo, la emigración, y en las FAN, las deserciones o casos de corrupción. El Alto Mando parece estar consciente que ocurren, trata que no pasen, pero tampoco hay mucha alarma al respecto. Es un mecanismo perverso para lograr un equilibrio: en una organización que tiene cerca de 150 mil personas activas, que un grupo decida desertar; no se hace alarma de eso aunque se trata de evitar, pero los que se van, se van. Hay nuevos ingresos. A diferencia de Punto Fijo, las FAN socialistas abrieron muchas vías para ingresar a la milicia.

El quinto motivo, son las dinámicas institucionales que pesan en las FAN. Aunque en el mundo opositor se tiende a ver la relación de Maduro con las FAN como una relación pragmática, en la que los militares lo apoyan porque “controlan la comida y el arco minero”, por ejemplo; la subordinación militar no se explica todo por una relación pragmática. En todo caso, ese pragmatismo se sustenta en que las FAN perciben que con Maduro, su proyecto –la Agenda de las FAN- se lleva a cabo. Pero no todo es pragmatismo: para las FAN, Maduro es su Comandante en Jefe, a quien deben obediencia y disciplina. Muchos militares asumen que su deber es defender al gobierno de Maduro porque eso es lo que manda la constitución. Pero también hay un asunto práctico en esto. Si, por ejemplo, las FAN quisieran sacar a Maduro ¿Con quién hablan dentro de la oposición? Si lo hacen con uno, seguro los otros se quejan, y filtran el encuentro parea perjudicar a un competidor. No hay un interlocutor en la oposición, y el que salga, sus propios compañeros se encargan de sacarlo del camino. Los militares pueden percibir una oposición no unida, sin un interlocutor confiable. Es mejor, entonces, mantener las rutinas institucionales, si de pragmatismo se trata.

El sexto motivo, es el aparato de seguimiento e inteligencia. Si algún grupo sabe de conspiraciones y golpes, es la cúpula del chavista. No sólo conspiraron contra AD-Copei, sino que intentaron sacar por la fuerza a gobiernos elegidos democráticamente durante 1992. Desde 1977, la conspiración tomó forma en las FAN, y los chavistas que participaron en ella –mayormente militares- conocen cómo hacer una. Son casi 20 años de conspirar hasta 1998, cuando Chávez ganó las presidenciales de ese año. Ahora, con el poder del Estado, el gobierno sabe quiénes conspiran y quiénes no. De manera que en el gobierno, saben conspirar, y el aprendizaje que han tenido desde que son ejecutivo, es usar la inteligencia para seguir y desmantelar conspiraciones antes que ocurran, como los intentos desde 2013

Finalmente, los insurgentes no poseen un proyecto político. Parecen intentos que no tienen vínculos con actores políticos, aunque son promocionados así. Lo que se sabe de las conspiraciones, es que no hay un gran manifiesto o programa político, sino todo se reduce a querer salir de Maduro, y por eso no pueden articularse con mayor fuerza. Ni siquiera en los intentos de 2017 y 2018, tal vez los esfuerzos más importantes para desalojar a Maduro del poder a través de la fuerza.

¿Cómo la oposición puede actuar en este ambiente militar? No es fácil porque, por un lado, la oposición no tiene una política militar que no sea decirle a las FAN, “que se pongan al lado de la constitución o del pueblo”, o “que ellos también tienen familia, y pasan trabajo como el resto de la sociedad”. Por el otro, son conspiraciones que detestan o no se sienten cercanas a lo político. De aquí su carácter faccional. Si tienen algún contacto con algún político, será muy preciso, muy focalizado, sin capacidad para generar apoyo político más amplio para un hecho de fuerza militar.

Reitero que no avalo ni apoyo acción de fuerza contra el gobierno de Maduro, civil o militar, doméstica o foránea. Remacho que la vía es la electoral, y considero que el gobierno puede derrotarse en una elección, con el CNE actual. Si un alzamiento es condición para desalojar al gobierno de Maduro, para mí, ese alzamiento es el día de las elecciones. Lo que llamo el “derecho a la rebelión”, que como un paro, no se decreta desde arriba –como quieren hacer algunos sectores políticos de la oposición al llamar a un “paro nacional”, y no tienen con qué hacerlo- sino que se construye desde abajo. Y para la rebelión, primero es la participación en una elección.

La oportunidad era el 20 de mayo, pero esa fecha ya pasó, y el mantra ahora es que “hay que pasar la página”. Aunque pesadas esas páginas para pasarlas; está bien. Como no se puede hablar de la oportunidad perdida el 20, sí se puede comentar sobre lo actual. Entonces, una iniciativa que parece interesante, es el comportamiento de la AN con el tema militar en particular. Hay un esfuerzo por llevarlo de forma institucional, y en temas muy sensibles. La AN recibió a los familiares de los militares detenidos. Los escuchó, y sus casos se debaten, están en la esfera pública. Esta aproximación me parece sana –siempre y cuando no termine en el discurso de “tumbar al gobierno”- porque puede ayudar a la oposición a definir una verdadera política militar.

Que la Comisión de Defensa de la AN lleve el tema castrense con sentido profesional y con conocimiento, puede darle alguna autoridad dentro de las FAN. No diría con el Alto Mando, muy reacio a la oposición, pero al menos, pone al parlamento en el manejo serio de asuntos militares, alejado de la quincalla verbal de la conspiración. Que se hable de los militares detenidos y que una instancia votada por el pueblo lo tenga en su agenda, es una señal dentro de las FAN. No para que los uniformados se alcen contra Maduro, sino para que la oposición gane respeto dentro del sector militar. No sé si en todos, no sé si en la mayoría, pero tal vez en algunos que puedan apreciar que hay una política militar distinta a la del PSUV. La oposición tiene que construir su propia auctoritas, y en lo militar, es manejar el tema militar. De lo que se trata no es hacer posible un alzamiento contra Maduro, sino de hacer posible ya de cara al futuro, una alternancia, aceptada y reconocida por las FAN en unas votaciones, que es algo más que un respaldo, porque es un cuerpo subordinado al poder civil y a la soberanía popular, lo que siempre hay que recordar. 

Si lo anterior parece zanahoria, come flor, o "ingenuo", más es pensar que una conspiración se hace por twitter o limitarse a decir que las FAN "deben ponerse al lado de la constitución".   

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