Ascensos y política militar de Maduro




Pienso que la política militar de Maduro con respecto al alto mando y a unidades superiores de las FAN es algo como, "Estabilidad en la cúpula, rotación en las unidades de comando o de dirección".

Los ascensos y cambios de 2020 respondieron a esta lógica, que a mi modo de ver, tomó forma con los ascensos y cambios de 2019. 

Por cúpula militar entiendo tres instancias: Ministerio de la Defensa, el CEO, y la Comandancia en Jefe, instancia que Chávez se creó en 2005 y que Maduro no había usado sino hasta 2019. Incluso, el uniforme de Comandante en Jefe Maduro comenzó a lucirlo durante 2019.

En la cúpula se mantienen oficiales que ya debieron pasar a retiro. Incluso, con la previsión de la LOFAN de 1995 que extendió la carrera militar a 33 años, y sumó 3 años adicionales a los integrantes de las promociones egresadas a partir de 1985. 

En la cúpula están Padrino López (1984), Ceballos Ichaso (1985), Suárez Chourio (1986), y este año se incorporó Juliac (1987), en sustitución de otro egresado de ese año pero del Ejército, el general Montilla Oliveros. Padrino debió retirarse en 2014, Ceballos en 2018, Suárez Chourio en 2019, y Juliac este año ¿Por qué se mantienen en esas posiciones y siguen en servicio activo?

Mi hipótesis es que la política militar de Maduro -y, en cierto modo, la lógica del chavismo- es que la cúpula dure en el tiempo para desarrollar una política militar y en lo político, tener estabilidad, mientras que los cambios ocurren en los comandos de fuerza, regiones, zonas, el Codai, o los viceministerios para la defensa. 

Durante los 80-90 una de las demandas del sector militar -a estas demandas las denomino la "Agenda de las FAN", cuestiones de políticas públicas planteadas a partir de la década de los 80- que no fue escuchada por el sistema político apuntó a la estabilidad del alto mando para desarrollar políticas de defensa. En ese entonces, el alto mando rotaba cada año. El general Peñaloza Zambrano, quien comandó el Ejército en la década de los 80, acuñó el término "carrusel militar" para referirse a la continua rotación del alto mando, mayormente para que las promociones circularan. El diseño estaba centrado más en la circulación de élites militares y menos en la estabilidad de los mandos. Con Pérez Jiménez, el general Mazzei Carta estuvo un lustro como Ministro de la Defensa. En la democracia, solo durante los gobiernos de Betancourt y Leoni los ministros de la Defensa tuvieron cierta longevidad. Briceño Linares estuvo 4 años y Ramón Florencio Gómez los 5 años del presidente Leoni. A partir del primer gobierno de Caldera, se institucionalizó el "carrusel militar". En general, cada año se renovaba el Alto Mando Militar.  

Otra demanda que sí atendió el sistema político de Puntofijo fue los años de permanencia en la carrera. En ese entonces, una crítica era que el retiro ocurría a edades muy jóvenes. Un general o almirante, podía pasar a retiro con menos de 50 años. Algunos lograban empleos en el sector privado, cargos públicos, estudiaban, pero un buen número se "empantuflaba" con menos de 50 años. El debate fue qué sentido tenía formar a un oficial -con la inversión que requería- para no aprovecharlo y pasarlo a retiro en su edad más productiva. La demanda era que había que extender la duración de la carrera militar.  

Esta crítica sí la atendió el sistema político, y en 1995 se reformó la LOFAN para ampliar la carrera militar a 33 años, más los 4 de la academia, serían 37 años en total de vida militar. El chavismo respetó esta modificación y la mantiene hasta ahora. Pero sí incluyó en las reformas de la LOFAN, la posibilidad de permanecer más allá del tiempo permitido en servicio activo (artículo 142). Los generales de división y vicealmirantes tendrán un máximo 36 años de servicio activo (artículo 143). A partir de mayor general o almirante, la LOFAN no especifica el tiempo mínimo de servicio (artículo 138). Es decir, pueden permanecer mucho tiempo en esos grados como oficiales en servicio activo. 

Maduro aprovechó esta prerrogativa para definir una política militar que le da estabilidad a la cúpula, y la presión de circular a las promociones la maneja en los comandos, la milicia, y unidades superiores de las FAN. Eso le da maniobra, porque son muchas las posiciones para otorgarlas a las diferentes promociones. Son 8 Redis, 24 Zodis, el Codai, y 3 viceministerios de la Defensa. Esto sin contar puestos en la administración pública y otros dentro de la estructura militar. 

Considero que esta lógica militar de Maduro tiene dos lecturas. Una militar y otra política. La primera, responder a la comentada demanda de las FAN para tener mandos estables y poder desarrollar una política militar en el tiempo. Este es clave para cualquier política que busque resultados. Padrino acumula 6 años como Ministro de la Defensa. De los titulares de esta cartera, es el segundo en duración luego de Carlos Jiménez Rebolledo, civil -aunque fue "militar empírico", de montoneras- quien ocupó el ministerio entre 1917 y 1929, durante el gobierno autoritario de Juan Vicente Gómez. 

Habría que ver si hay una correlación entre duración del alto mando y desarrollo de una política militar. Con Jiménez Rebolledo se hicieron cambios importantes en el Ejército de entonces. Es lógico porque una gestión requiere tiempo. Es lo que las FAN de los 80-90 demandaron, y es lo que tienen hoy. 

El problema de la circulación de las promociones se aborda con los cambios en las unidades de comando. Este año, por ejemplo, salvo Juliac, pasó a retiro la promoción de 1987, y subieron los egresados en 1989 y 1990, de donde seguramente saldrá el relevo para la cúpula militar, sin tener que cambiarla todos los años. Quizás, en la lógica de Maduro, se cambie parcialmente. Por ejemplo, que Padrino y Ceballos salgan, se mantengan Suárez Chourio y Juliac, y suba tal vez alguno de la promoción de 1988, y sí de la de 1989 y 1990.  

De manera que aunque cambien las unidades de comando cada año -como pasó en 2019 y ahora en 2020, que la circulación de las promociones es más continuo- arriba se lleva el pulso a la política militar. Por ejemplo, Juliac sube y mantiene su condición de activo porque va a desarrollar la lógica del sistema de defensa aérea -columna vertebral de la política defensa del gobierno- y, de acuerdo a Padrino López, para el empleo conjunto de las FAN. Una tarea así requiere tiempo, y no cambios de mandos cada año que, en términos reales, durarán menos de un año. Cuando ya tengan el timón, les tocará irse. Y así con todos los que vengan. 

La lectura militar es que una cúpula estable hace menos probable un "quiebre militar". 

La lógica de las FAN de Puntofijo fue una suerte de "checks and balances" entre las fuerzas -en plural- en virtud del decreto 288 que otorgó autonomía a cada fuerza, y los centros de gravedad fueron el Ministerio de la Defensa y la Presidencia de la República. Las actividades conjuntas se planificaban en el Estado Mayor Conjunto. Habría que hacer otro estudio para, en el caso venezolano, evaluar si hay correlación entre autonomía de las fuerzas e intentos de golpe o acciones pretorianas. 

En un principio, pudiera pensarse que sí. Si bien Pérez Jiménez cayó con unas FAN unidas en torno al conocido Estado Mayor General lo que pudiera invalidar esta hipótesis, en la democracia a partir de 1958 hubo varios intentos de golpes de Estado, luego del emitido el decreto 288. Por supuesto, estos intentos pueden ser por muchas variables -hay que evitar la endogeneidad- distintas a la autonomía de las fuerzas, y más bien lo que se puede postular es algo como, "Con autonomía, puede haber intentos de golpe, pero por la autonomía, son rápidamente sofocados", que bien puede ser el caso de los intentos militares entre 1958-1998. 

La lógica del chavismo es una FAN en singular, con un uniforme de diario único -el "Patriota"- para comunicar una unidad, una sola FAN cuyos componentes no tienen la autonomía del decreto 288, sino una autonomía si se quiere funcional. Pero es un cuerpo que se concibe como parte de un proyecto político. Tal vez por esto, entre otros motivos, no ocurre el famoso "quiebre militar" que busca la oposición. 

Si los mandos de toda la cúpula militar se rotaran cada año, es probable que Maduro hubiese tenido episodios de "quiebre militar". Lo que ha habido son rupturas por abajo, pero no por arriba, donde hay continuidad y afinidad al proyecto chavista en un modelo de relaciones civiles-militares que llamo de "autonomía con compromiso". En otras palabras, las FAN se sienten parte del proyecto político chavista, pero éste respeta su vida interna, su dinámica institucional. Desde el punto de vista huntingtoniano hay un control subjetivo a través de una ideología política, pero las FAN tienen autonomía institucional para desarrollar la política militar. 

Es la lógica que infiero luego de observar los ascensos y cambios militares en este julio de 2020.   

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