¿Qué le pasa al presidente de la Asamblea Nacional?

 


Artículo escrito el 2 de junio de 2024

Cuando se instaló la Asamblea Nacional en enero de 2021, el ambiente que su presidente, Jorge Rodríguez, promovió, fue uno de camaradería entre parlamentarios, de distensión, y de llevar la dirección de los debates con un “estilo Andrés Eloy Blanco”. Es decir, si había alguna crítica a la intervención de un diputado, hacerlo con gracia, ironía, pero con altura y densidad. Qué lejos está la Asamblea Nacional de ese 2021. Hoy el parlamento es otra cosa: aplaudir o regañar. No es un parlamento. Ya no se “parla” sino “sgridare i figli” (se “regaña a los hijos que se portan mal”).


En la sesión del 21 de mayo, se discutió un acuerdo sobre la muerte del presidente de Irán ocurrida el 19 de ese mes cuando el helicóptero en el que viajaba se estrelló.


El diputado por AP Bruno Gallo intervino ¿Qué dijo? “(…)Y por supuesto que, desde el punto de vista humano, lamentamos la muerte, eh, de cualquier persona. Sin embargo, yo, en este momento, quisiera rendir un homenaje solidario a las mujeres que no se tapan la cabeza, a las mujeres que no bajan la mirada, a las mujeres que quieren estudiar, a las mujeres que quieren ser iguales; hasta aquí llega mi intervención”.


De seguida, tomó el micrófono el diputado Jorge Rodríguez Gómez, presidente de la AN. Junta las manos y mira un papel o algo. Cara seria. Dice, “Voy a solicitar por groseras, por inoportunas, por inadecuadas, por absolutamente ausentes de solidaridad, hacia una tragedia ocurrida en un pueblo hermano que ha sido solidario, compasivo, y generoso con Venezuela, que se retire del acta correspondiente la grosera intervención del diputado Bruno Gallo -aplausos, para variar, N. del R.- y esta junta directiva se reserva, tal como está establecido en el reglamento interior y de debate de la Asamblea Nacional, sanciones correspondientes a los derechos de palabra del citado diputado”.


La respuesta del presidente de la AN fue y es insólita. Grosera. Supongamos que tenga razón. Puede tenerla. En los términos del conflicto político, Irán ha sido y es solidario con el gobierno de Maduro. Sin embargo, lo que destaca es la respuesta al diputado de AP que no fue la propia para un parlamento, y menos del presidente de ese poder. Rodríguez Gómez pudo desarrollar por qué consideró carente de empatía la intervención de Gallo. Ese es el debate. Es el “parlare” que justifica al parlamento.


El presidente de la AN es una suerte de profesor. El diputado del PSUV en cierto modo jugó ese papel al comienzo de la legislatura hace 3 años. Le pudo responder a Gallo con seriedad o gracia, pero contestarle. Jamás decir que se quitará del acta la intervención del diputado opositor -lo calificó así, porque no es la primera vez que Gallo interviene para expresar una diferencia, aunque la noticia fue su crítica del 21 de mayo- o que el poder legislativo se “reserva sanciones” a las intervenciones del parlamentario ¿Será prohibirle hablar por un tiempo en plenaria? Es muy autoritario ¿Qué define a un parlamentario? ¿Solo “seguir línea”? (el “whip” de los parlamentos).


En redes sociales la respuesta del presidente de la AN fue rechazada. Poco tendría que agregar. Suscribo los desacuerdos o, mejor dicho, rechazo la insólita y anti parlamentaria respuesta de Jorge Rodríguez al diputado Bruno Gallo.


La respuesta del diputado Rodríguez Gómez se inscribe en un comportamiento que gana terreno en Venezuela. No solo en el gobierno. También en la oposición o, mejor dicho, en cierta oposición.


Es asumirse portadores de la “verdad” y ductores de las narrativas que quieren imponer a la opinión pública sobre la historia de Venezuela, que es la nueva moda. La “tercera cavidad” de Monedero, reciclado por el gobierno de Maduro. Nada nuevo lo que dijo pero en novedoso empaque que atrae la atención del mundo político.


Es un autoritarismo que se cree con derecho a decir qué existe y qué no existe, cuál es la historia y cuál no; a construir a los “buenos y a los malos”. Por eso lo insólito de querer borrar del acta lo dicho por el parlamentario. Que no quede registro. No existió. No pasó. No dijo lo que dijo. Así como para cierta oposición la abstención del pasado o los llamados a “intervenciones humanitarias”, no existieron. Si alguien lo recuerda, es destrozado por los objetivos e imparciales tuiteros cuyo único cliente “es la verdad”. Es un autoritarismo cotidiano que se disfraza con alguna consigna, la “soberanía”, la “unidad”, o la “lucha por la libertad”.


Lo que en Venezuela se acepta son aplausos y adular, de manera directa o elegante, con cultura. No veo la diferencia entre un Monedero que “se vende” a Maduro con la tesis de las “4 cavidades” -el presidente extasiado lo escuchaba en su programa del lunes 27-5-24- a quienes adornan en exceso a María Corina con relatos gallegianos sobre “el bongo” -no pocos descubrieron a la curiara o canoa, emocionados, y que hay algo más allá del peaje de La Cabrera- o que es la mujer más importante en la historia de Venezuela. Quizás lo sea. Tal vez lo será, pero el juicio hoy me parece apresurado y adulador. Creo que los juicios de la historia son ex post no ex ante, salvo para los “historiadores oficiales”, puesto muy buscado en Venezuela, tanto en el gobierno como en la oposición y me disculpan la “equivalencia moral”. 


En una entrevista publicada en El País, si mal no recuerdo en noviembre de 2022, Guaidó afirmó que aparecería en los libros de historia. No sé si será así. No creo. Pero estoy seguro que los aduladores de entonces lo dijeron. Hoy sucede lo mismo con Machado. Quienes tenían la (e) de encargado en su “user” de tuiter, hoy se pasaron con “armas y bagajes” al equipo de María Corina, porque “es la unidad”. Al oportunismo se le llama “unidad”.


Es lo que el autoritarismo quiere. No el “homo sovieticus” de Aleksiévich sino el “homo felicitadorus” de Pio Gil, más cercano a nuestra experiencia y cultura. Que lo anti parlamentario de Rodríguez Gómez haya sido aplaudido por parlamentarios, revela no solo la poca conciencia parlamentaria sino una cultura autoritaria para destrozar al que piense distinto o se “salga de la línea”.


Este cambio en la AN retrata la evolución del gobierno de Maduro. De uno que luchó para no ser derrocado a uno que vive de una inercia y de una incipiente apertura económica que se inició en 2018. Vivir de las rentas aunque se critique la renta. La visión de nuestras élites es un país patrimonial. La Venezuela de las elites y la de los empleados.


Esa vida a partir de la renta le quitó frescura al ejecutivo. El rostro del diputado Jorge Rodríguez al responder al diputado Bruno Gallo en la sesión de la AN del 21 de mayo, es una señal de esa apatía institucional.


Lo otra reflexión que me produjo el grotesco regaño del presidente de la AN al diputado Gallo, es que el gran peso para el gobierno es que no tiene futuro que ofrecer. No estoy en los que afirman de manera objetiva e imparcial, que Maduro ya perdió. Mi primer escenario es la victoria de Edmundo González Urrutia (EGU) y votaré por él en la tarjeta de UNT, pero todavía la elección no sucede. Será una lucha “voto a voto” en cada mesa electoral.


En mi oficina de análisis político nos movemos en varios escenarios porque todavía no tenemos claro cómo será el 28 de julio. Tenemos tres escenarios, “un noviembre de 1998 en julio de 2024”, “unas regionales de 1995 en unas presidenciales de 2024”, y “Escenario Irán 2009”. Todavía no sabemos cuál será. Espero no sea el tercero.


Pero este artículo no es para examinar los pronósticos para el 28 de julio sino para decir que la gran debilidad del gobierno es que “es más de lo mismo”. No puede innovar. No sé si quiera. Su lógica de campaña es captar a grupos particulares y asumir que los representa. El último, los adultos mayores. Crear un ministerio para este sector -estoy en este grupo, por si acaso- más allá de lo electoral que evidentemente tiene, no es nada innovador. Al contrario, comunica otro ministerio más, que se anuncia de repente, en una coyuntura electoral, que será más gasto para el ejecutivo, duplicar tareas, sin rendición de cuentas, para poder saber si efectivamente la calidad de vida de los adultos mayores mejorará ¿Es así con los jóvenes y mujeres, los que ya tienen un ministerio? ¿Su calidad de vida es mejor luego que se crearon sendos ministerios?


Un parlamento que ni siquiera puede debatir lo anterior, no comunica un gobierno que tenga un futuro qué ofrecer. Solo promete llevar la vida. El presente. Conformarse con un día a día que es la meta en todo sistema autoritario.


Un parlamento que no discutirá, por ejemplo, por qué los dirigentes sindicales del sector salud Mauro Zambrano, Julio García y Nelson López estuvieron detenidos durante 24 horas entre el 30 y el 31 de mayo, no es una Asamblea Nacional que comunique algún futuro sino vivir de un presente que se asume será eterno.


Cuando el gobierno ofrezca a la sociedad un parlamento que debata y “parla”, será visto con mejores ojos. Ofrecerá un futuro. Y sorprenderá y, a lo mejor, sus números en las encuestas mejoran.


Es lo que el rostro del presidente del parlamento, Jorge Rodríguez, me comunicó cuando contestó a Bruno Gallo. El poder ya estabilizado, pero el poder por el poder. Vivir solo en el poder con algunas políticas sociales para grupos específicos, pero un poder sin vida. Cosificado. La inercia y lo gris de los autoritarismos. Ese es el gran peso para el chavismo de cara al 28 de julio. La sociedad tendrá la palabra si decide por la inercia o por la actividad, que es lo que estimo Venezuela necesita. Romper con su letargo.


En un parlamento no inerte, la intervención de Bruno Gallo hubiera sido disputada, no callada. Con su regaño, el diputado Rodríguez Gómez puso de relieve lo lejos que está del “estilo Andrés Eloy Blanco” que buscó emular cuando asumió la presidencia de la AN en enero de 2021 ¿Pero alguna vez estuvo cerca?

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