Resolución 8610 y relaciones civiles-militares



Cuando se publicó la polémica resolución Nº 008610 en enero de 2015, escribí una entrada titulada La resolución Padrino López, en la que expresé mi opinión sobre la norma.

El tema sigue en la agenda pública, y en esta entrada, lo abordo desde otra perspectiva.

Las relaciones civiles-militares son, por naturaleza, de tensión. La pluralidad del mundo civil frente a lo uniforme del mundo castrense. El valor de la patria para los uniformados contra la posibilidad de criticar ese valor del mundo civil. 

Los ejemplos anteriores para ilustrar la tirantez, sin meternos en la dimensión política: las armas en control de los militares frente a la pluma que caracteriza en mucho al mundo civil. Uno, armado. El otro, desarmado. Son relaciones complejas; armoniosas en momentos, difíciles en otros.

En sus memorias, Bill Clinton escribió que fue en su segundo mandato cuando sintió que el alto mando de las FAN de los EUA, lo reconoció como su Comandante en Jefe, y mostró satisfacción por eso, porque no fue fácil ganarse la confianza de los generales y almirantes norteamericanos, más allá del rol formal de Commander in Chief, que le vino por ser Presidente de los EUA.

Todos los países establecen previsiones normativas y políticas para que esta tensión tienda a la armonía y no al conflicto. Lo último, significa que los militares definen la política, sea de forma pretoriana (asonadas, cuartelazos, y pronunciamientos) o directa (gobiernos militares).

En los países de democracias liberales, la manera por excelencia para regular esa tensión es la subordinación de los militares al poder civil, bajo los criterios de disciplina, obediencia, y subordinación. Aquí hay gradaciones de la amplitud de esa relación civil-militar; desde las más conservadoras que se limitan a una relación civil-militar lineal (los militares exclusivamente en sus cuarteles y para las tareas de defensa), hasta las más modernas que apuntan a una relación que ahora se llama, sociedad-militar, más amplia y menos lineal que el enfoque tradicional (los militares en interacción con la sociedad. Por ejemplo, un ministro de la defensa civil o militares opinando sobre temas de defensa en ámbitos civiles o en la esfera pública).

En los países socialistas, la tensión se regula por mecanismos partidistas. Las FAN forman parte de la estructura del Estado, que a su vez es dirigido por un partido único (o hegemónico en los “nuevos socialismos”). Son FAN institucionales y subordinadas al poder del ejecutivo (militar o civil), pero son partidistas. Por ejemplo, las FAR de Cuba.

En los primeros países, son parte del Estado, pero los ámbitos civil y militar están diferenciados. De aquí las tensiones. En los segundos, los ámbitos son homogéneos, están fundidos, y las tensiones se resuelven dentro de la dinámica del Estado-partido.

Por ejemplo, “Ike” Eisenhower –famoso por el “Día D” de Normandía en 1944- fue militar de carrera, General of the Army (algo como nuestro “General en Jefe”, aquí), pero su farewell de la presidencia de los EUA en 1960, fue una crítica al “complejo industrial-militar” y su influencia en todos los ámbitos de la vida civil. Siendo militar, llamó a “protegerse” de esa influencia.

Otro ejemplo, pero en la acera de enfrente. La industria militar rusa tiene fama. En la era soviética, las industrias militares operaron con criterios capitalistas, pero por decisión de la burocracia del partido comunista de la extinta URSS. En cambio, las “marcas” civiles operaron bajo los criterios de la planificación centralizada ¿Alguien conoce una marca exitosa de TV de la era soviética? Probablemente no ¿Alguien ha escuchado hablar de los fusiles AK? Posiblemente sí (en el mundo, incluso).

Las tensiones entre lo civil y lo militar también estuvieron y están presentes en Venezuela. A diferencia de prestigiosos estudiosos del tema militar e historiadores, pienso que Punto Fijo logró una bastante aceptable subordinación de las FAN al poder civil, que se manifestó en varios hechos.

Por ejemplo, el autor de un texto clásico en las relaciones civiles-militares de Venezuela, Gene Bigler (1981), constató que el poder civil logró bajar el gasto militar que representó el  9-12% del presupuesto nacional entre 1969-1974 a 6-5% para los 80 (hoy, en el presupuesto de 2015 es 2,92% pero en el presupuesto de 2014, con los créditos adicionales hasta el 21-10-14 de acuerdo a Transparencia Internacional, llegó al 9,33% similar a la banda del gasto militar del lapso 1969-1974).

Pudo superar el poder civil el malestar militar con la “hipótesis de Caraballeda” en tiempos de Herrera Campins –las “conspiraciones” tan de moda hoy, volvieron a activarse en la opinión pública para quedarse hasta el día de hoy, apenas Herrera inició su mandato, cuando hizo su viaje al Medio Oriente en 1979, es decir, la ausencia de política en Venezuela tiene más de 30 años- o la crisis militar de 1992, con los intentos de golpe de febrero y noviembre. Incluso, la crisis del 27F de 1989 pudo superarla, aunque no pudo resolver el fondo de las crisis.

Pero con las FAN de Punto Fijo pasó lo mismo que con la sociedad. El sistema político AD-Copei no fue capaz de procesar ni escuchar las demandas de unas FAN modernas que pedían una relación civil-militar más amplia –consecuencia de la misma democratización que Punto Fijo llevó a las FAN- y menos centrada en el paradigma de la “democracia mínima” que me atrevería a decir marcó todo el tiempo de Punto Fijo, a pesar que se había superado en los hechos (se había logrado una sociedad moderna ¿Para qué el miedo a la participación de la sociedad por parte de AD-Copei? ¿Para qué seguir enmacollados?).

Por ejemplo, el coronel José Machillanda Pinto hizo una investigación crítica –que luego fue publicada en un libro por José Agustín Catalá- y el trabajo del coronel fue polémico. Si el sistema político AD-Copei no mostró capacidad para escuchar una crítica de un oficial formado en democracia –eso ocurrió a mediados de los 80- vaticinar la crisis y fin de Punto Fijo no era aventurado. Así sucedió 15 años después.

Modernizar unas FAN para luego tenerlas “encerradas” en una vetusta concepción, fue el error de visión del liderazgo de Punto Fijo. Ese vacío lo llenó la crítica dentro de los cuarteles, que “capitalizó” el grupo de Chávez y sus “centauros”.   

La “crisis del modelo” –también tenemos sopotocientos años en una “crisis del modelo”, pero la sociedad no quiere salir “del modelo”, a pesar que es una sociedad más pobre en la economía real- llevó a la dirigencia de Punto Fijo a ser conservadora y a escuchar poco o a hacerlo muy tarde, “con el agua al cuello”. Esto también arropó a las FAN pese a algunos esfuerzos para colocar las relaciones en otro nivel, y lo que pudiera llamarse la “Agenda de las FAN”, tuvo que esperar hasta Chávez.

Con el gobierno socialista, se amplió la democratización que inició Punto Fijo para ingresar y hacer carrera militar. Algo positivo porque integra a la sociedad con sus FAN y viceversa; y le da a las FAN una mayor perspectiva más allá de los cuarteles.

Con Chávez, la “Agenda de las FAN” fue supervisada por él mismo. Los elementos centrales de esa agenda están en el 328 de la carta magna (independencia y soberanía de la nación, participación “activa” en el desarrollo nacional, y “cooperación” en el mantenimiento del orden interno).

El desarrollo de la agenda fue al ritmo de su estrategia y visión político-militar, porque el barinés decidía todo o casi todo lo concerniente a la vida militar. Era "su coto" y "coto de los militares". 

Con Maduro, la “Agenda de las FAN” tiene mayor autonomía en su desarrollo –que no significa que las FAN no lo reconozcan como su Comandante en Jefe- y en los dos años del caraqueño, se han aprobado importantes leyes militares que forman parte de esa agenda (de registro militar, de educación militar, de disciplina militar, por mencionar algunas relevantes; la polémica resolución Nº 008610 también forma parte de la agenda, como una forma de responder a la herida no cerrada para las FAN que fue el 27F de 1989). 

Sin embargo, el tratamiento de los temas vinculados a las FAN es más cerrado que en el pasado ¿Se recuerda algún debate con participación civil y política para tratar, digamos, la compra de equipos militares? ¿Se tiene memoria de alguna discusión en el parlamento sobre las leyes mencionadas arriba? Observé por ANTV parte de la sesión para la segunda discusión del proyecto de ley de disciplina militar, y no ocurrió ninguna disputa. En la parte que observé –los últimos artículos del proyecto de ley- manos alzadas en una bancada, silencio en la otra bancada.

En el debate civil-militar, Venezuela retrocedió. Hoy, tenemos un esquema de debate civil cerrado: algunos políticos que conocen del tema y "manejan información privilegiada" que aumenta el "valor de las acciones" de esos políticos en el "mercado político"; unos expertos legitimados por los media como los que saben; y periodistas que tienen informaciones y cuentos "sobre las promociones". Más allá de eso, no hay, y como todo en Venezuela, también rige la "oligarquización de la opinión": los temas tienen "dueños". Si es de DDHH, hablan los usual suspects de siempre. Si es en ingeniería, igual. Si es en derecho o economía, igual. También si es educación o cultura, y pare usted de contar. 

En el socialismo que gobierna nuestro país, la relación civil-militar –llamada “unidad cívico militar”- consiste exclusivamente en ver al elemento civil como “potencial combatiente” –todos somos soldados es, en dos platos, la ley de registro militar- de acuerdo a la tesis de la “guerra popular de resistencia” (lo que explica la milicia, el “cuerpo de combatientes” en empresas del Estado; la geografía militar con sus ADI, ZODI, REDI, entre otras cosas).

Pero la polémica que despertó la resolución Nº 008610 puede ser algo distinto, en el sentido que lo militar se aborde como tema y comience una interacción poder militar-poder civil que pueda ser anuncio de cambios en la relación civil-militar.

Recordemos brevemente. A finales de enero de 2015, se da a conocer la resolución Nº 008610. Personas, ONG, y grupos de oposición reaccionan en contra. También organismos internacionales mostraron rechazo o cautela hacia la legislación que regula la actuación de las FAN en situaciones de orden público.

Una persona del gobierno –Rodríguez Torres- escribió que la resolución es “innecesaria”. Para el general, las observaciones a la norma firmada por Padrino López son de dos tipos: a.-Un tema tan sensible como el de los derechos humanos requiere de “tacto político” en su manejo, que la resolución y su presentación, no tuvieron; b.-La tarea de control del orden público debe pasar progresivamente a la PNB y sacar a la GNB de esas tareas, y en ese proceso, homologar los procedimientos con base a las normas de la PNB y no con base en una norma militar (la resolución).

Importante -lo que me llevó a escribir esta entrada- dos instituciones del Estado mostraron reservas con el documento del Ministerio de la Defensa: la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía.

Aunque tal vez las hayan publicado, no sabemos in extenso las observaciones de la Defensoría y de la Fiscalía, sino puntos generales, aunque las dos instancias hablan que tienen sendos documentos con los comentarios. No sé si esos textos son públicos.

En entrevista a la periodista Alicia La Rosa de El Universal (día 1-3-15), el Defensor del Pueblo, Tarek W. Saab, expuso algunas de las observaciones que tiene la Defensoría. Saab comentó que el Manual de Operaciones detallará o corregirá las omisiones que hay en la resolución. Dijo que el Ministerio de la Defensa y la GNB solicitaron 100 días para tener el manual. La Defensoría solicitó 30 días.

Por su parte, la Fiscal Luisa Ortega Díaz, expuso en entrevista en Globovisión con el periodista Vladimir Villegas (día 4-3-15), que el texto de Padrino López requiere “algunas correcciones”, y precisó algunas de ellas (por ejemplo, la articulación con la Defensoría y el MP).

Está pendiente la actuación del TSJ. Hay un recurso de nulidad a la norma que introdujo la Unidad.

Estoy consciente que en Venezuela no existe la división de poderes en el sentido liberal del término. Hay división de poderes en tanto existe un poder ejecutivo, legislativo, judicial, ciudadano, y electoral, pero no hay independencia de criterios de esos poderes con respecto a la doctrina política del gobierno. La idea liberal de división de poderes admite esa independencia. Por ejemplo, que el TSJ decida que una parte del “Plan de la Patria” va en contra de determinados artículos de la constitución, sin que eso sea motivo de crítica o sea visto como “traición al legado de Chávez”.

O para poner un caso real, en el asunto que nos toca. La decisión Nº 651 del TSJ de fecha 24-6-14, acordó que pese al que 328 de la constitución establece que las FAN, son una organización “esencialmente profesional, sin militancia política”, la que “está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”, y el 330 prohíbe a sus integrantes “participar en actos de propaganda, militancia, o proselitismo político”, el tribunal acordó que “La participación de los integrantes de la FAN en actos con fines políticos no constituye un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación democrática y protagónica”, y que un saludo militar de corte partidista o consignas políticas tampoco sale de la carta magna, “En todos los ejércitos del mundo existe el saludo militar, cuya manifestación responde a la idiosincrasia o cultura del país o al momento histórico, social y político por las que hayan atravesado, toda vez que el saludo militar indica una muestra simbólica, profesional e institucional, de respeto, disciplina, obediencia y subordinación ante la superioridad jerárquica y a la comandancia en jefe a la cual responde”, argumentan los togados socialistas del TSJ. 

Es en este sentido que no hay independencia de poderes en Venezuela, lo que es grave para la salud institucional de la república.

Consciente de lo anterior, no obstante, que dos instituciones civiles que comparten la doctrina socialista tengan observaciones a una norma dictada por una instancia militar, es interesante para observar cómo se dará la interacción civil y militar, y al final, cuál de los dos ámbitos logra argumentar mejor para defender su punto y prevalecer.

Es una manera de aproximarse a la capacidad del poder civil que no tiene armas, a regular o poner límites al poder militar, que sí las tiene, en el marco de unas relaciones civiles-militares de corte socialista.

El tiempo dirá si este caso es algo puntual y se resuelve o “queda así” (como muchas cosas en Venezuela); es una de las “famosas” peleas internas del chavismo de las que tanto se hablan en el público y opinión opositora, o es realmente un punto de inflexión que influya en el modelo de relaciones civiles-militares que hay en la actualidad, y así como los militares participan en áreas tradicionalmente "coto" de los civiles –por ejemplo, la educación o las finanzas- los civiles tengan voz e influencia en temas militares, más allá del discurso de la “unión cívico-militar” que los construye solo como “combatientes” para la defensa de la “soberanía e integridad de la nación”, importante pero no suficiente para hablar de unas relaciones civiles-militares sanas y en condiciones de igualdad.

En su programa José Vicente Hoy (día 8-3-15), Rangel puso entrevistas con Chávez cuando estuvo preso en Yare. En una de ellas, el periodista le preguntó al oficial militar, “¿Qué representan para usted las FAN?” Entre otras cosas, Chávez planteó un, Nuevo esquema de relación entre el sector político y el sector militar, basado fundamentalmente en una claridad meridiana de interacción.

Cómo se resuelvan las diferencias en torno a la resolución Nº 008610 entre las instancias militares y civiles, sugerirán si se avanza hacia un equilibrio o si se mantiene o profundiza el desequilibrio que hay hoy en esas relaciones. Es decir, qué tanto nos acercamos a la “claridad meridiana de interacción” que formuló Chávez hace poco más de 20 años.  

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